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A manera de estudio preliminar.

En este trabajo se presentan fragmentos de la historia de vida de un músico fronterizo nacido en la década de los años veinte. Se trata de un narrador excepcional a través del cual nos podemos asomar a las manifestaciones culturales de la frontera norte de México y sur de Estados Unidos durante los últimos 70 años. Fernando Freddy Quiñones nació en la ciudad de Tecate, Baja California, en 1928. Su trayecto personal
y su biografía musical parecen seguir el patrón fronterizo. En su juventud tecatense formó parte de uno de los primeros grupos de música de la ciudad, Los Maniceros, que tuvieron sus mejores noches en El Mocambo, un bar que se ubica en la actual calle Cárdenas y pertenecía al señor Efraín Ferreiro. En el año de 1945 se trasladó por primera vez a Estados Unidos. En Los Ángeles intentó en vano hacer realidad su sueño: triunfar como músico. De regreso a Baja California, en 1945 se trasladó a Mexicali, donde realizó una temporada en El Tecolote Night Club, un céntrico bar -ubicado muy cerca de la aduana- que con anterioridad al gobierno de Lázaro Cárdenas había sido casino. El dueño de El Tecolote, Alfredo Aldrete, era hijo de don Alberto Aldrete, quien fuera gobernador del Territorio Norte de la Baja California entre 1946 y 194 7. Justo en ese año (1947) cruzó de nuevo la frontera, rumbo a San Francisco, acicateado por la idea de triunfar en San Francisco, California. Esta vez, pese a los infortunios iniciales, consiguió ser escuchado por la orquesta de don Merced Gallegos (una de las primeras orquestas latinas en California).

Cuando volvió a su ciudad, Tecate, en noviembre de 1947, le llegó por fin la tan ansiada propuesta para incorporarse a la famosa orquesta. Fueron ocho años de triunfo y sueños hechos realidad; pero en 1954 regresó a Baja California, concretamente a la ciudad de Tijuana. Como todo artista de aquellos años, el espacio de trabajo era la avenida Revolución. Allí se convertiría en show man en el Monalisa y el Ritz, entre
otros centros nocturnos. En 1959 de nuevo decidió cambiar de aires y se marchó a San Francisco, ciudad en la que permaneció hasta 1983, cuando trasladó su residencia a Chula Vista, California, desde donde sigue cantándole a la vida y a sus amores, a ·través de sus más de 200 canciones que continúan aguardando quién rescate ese tesoro artístico regional.

El presente trabajo abarca el trayecto biográfico del narrador desde su nacimiento, en 1928, hasta 1947, cuando logró establecerse en San Francisco, California, y formó parte de una de las orquestas que ya son leyenda para la población de origen
mexicano en Estados Unidos. Es una historia de ires y venires entre México y California, cuya guía básica en la narración es la música. A través de la historia musical se van tejiendo las otras historias, las que nadie conoce si no se acerca a la biografía de los actores, los que, como en este caso, buscan el triunfo a costa del sufrimiento personal y familiar; sin recursos, sólo con una fe inquebrantable en un medio adverso vencido con tesón y vocación artística que perdura. Esta es una h1stona que contiene otras más que el lector puede ir descubriendo: la de los primeros músicos latinos en California, pero también la de muchos que no logran salir del terruño y desafiar su destino provinciano. Es también la historia de los migrantes y su carencia de primeros afectos en la tierra desconocida, el dolor de la partida y la nostalgia por la pequeña patria; es la historia de las formas culturales, la formación de las identidades y el desierto de los pueblos de la frontera mexicana. Es, pues, como toda historia oral, una narración en donde se identifican el narrador, el autor y quien lee el documento; cada uno con una mirada distinta, pero todos descubriendo cómo hacen la historia los hombres de carne y hueso; los que no aparecen, parafraseando a Luis González y
González, en la historia monumental y de bronce.

En esta historia no hay busto que develar; sólo reconocernos en ella para saber de dónde venimos, qué hicieron los pioneros y quizá hacernos pensar en el valor de la historia oral. Para el autor es una historia personal por razones de parentesco. Como en la microhistoria, mi trabajo parte de intereses y no de razones. Es, pues, una narración sentimental y de búsqueda incesante de mis raíces; es descubrirme desde el espejo
familiar; es una historia afectiva.

Para la historia regional y local, el rescate de las historias de vida resulta una fuente fundamental. En entidades tan jóvenes como Baja California (adquirió el rango de estado de la república el 16 de enero de 1952), lo que cuentan los mayores ha sido central para la comprensión del pasado inmediato. Se tiene la ventaja, sobre la historiografía tradicional, de poder consultar a las “fuentes vivas” para conocer los cimientos de identidad de los fronterizos contemporáneos. La memoria necesariamente se entrelaza con la microhistoria pues ambas persiguen fines semejantes: reconstruir las historias menudas, de espacios pequeños, de lo minúsculo, que aparentemente carecen de pasado. Con ser tan importante la historia oral, en términos estrictos, es una fuente más -fundamental si se quiere- para la historiografía, pero que deberá contrastarse y ponerse a prueba con otras fuentes para servir como insumo científico. Sin embargo, la fuente viva tiene valor en sí misma, y si se plantea, como en este caso, como objeto de estudio, no es una obligación esta contrastación. Su valor estriba en el rescate de la tradición oral, en el testimonio como fuente de identidad cultural. Si alguien más, aparte del narrador, se identifica en el testimonio, con ello se justifica el rescate de la memoria. Lo que cuentan los mayores en la tierruca acerca de ésta es parte de la tradición oral y para ciertas poblaciones ignoradas por la academia y la ciencia, es la única historia realmente existente.

Para mi fortuna, Fernando Quiñones es un narrador tan extraordinario como su producción musical. Las grabaciones de. las entrevistas se realizaron en su casa de Chula Vista, California, a partir de un guión muy general que podría sintetizarse en la demanda de que nos narrara su vida musical. La pasión con la que vive la música es la misma que trasladó a los casetes. Después ha seguido un trabajo de ordenación temática y de limpieza de los materiales hasta concluir con esta publicación.

Editorial: Instituto de Cultura de Baja California
ISNB: 970-18-4785-7
Fecha de edición: 2000
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Índice

Indice
A manera de estudio preliminar ……….7
Una historia familiar ............ 13
Una temprana afición ............. 17
La Euforia, una orquesta ............. 19
Los Maniceros y Toña la Prieta ............. 21
La calle Olvera .............. 23
El box y el beis ............... 25
Las fiestas de los Aldrete .............. 2 7
El Tecolote ............... 29
En la XCBG ………… 31
Una salida patriótica ............… 33
Desde el techo ................. 35
Con la orquesta de Merced Gallegos ................. 3 7
Glosario ............... 41