Opinión de Víctor Alejandro Espinoza Valle Profesor-Investigador del Colegio de la Frontera Norte de El Colegio de la Frontera Norte

jueves 16 de enero de 2014

Cuatro noticias políticas centraron la atención nacional en los días recientes. Merece la pena hacer mención de cada una de ellas. La primera, la carta que el ex jefe de gobierno del Distrito Federal envió a la Comisión Política Nacional de su partido y que reprodujeron íntegramente las redes sociales y algunos medios de comunicación el jueves pasado; Marcelo Ebrard aseveró que tanto el PAN como el PRD “cayeron en la trampa” y fueron utilizados “por el gobierno federal” en el Pacto por México. Dijo que su partido se salió “demasiado tarde del pacto”: “cuando el daño estaba ya hecho, porque los saldos de las reformas a los artículos 27 y 28 constitucionales fueron los más graves, pero no son los únicos”.

También recordó que él había advertido sobre la “inconveniencia” de participar en dicho pacto. Es de suma trascendencia lo expresado por Ebrard en su misiva; no olvidemos que en el pasado proceso electoral fue un fuerte aspirante a la candidatura presidencial por la izquierda y cedió su lugar, encuesta de por medio, a Andrés Manuel López Obrador; esa decisión le ganó muchas simpatías y se le vio como el seguro candidato en 2018. Sin embargo, Ebrard se ha ido distanciando del grupo que dirige al PRD; los llamados “Chuchos”. La denuncia vertida abona en esa dirección y lo hace coincidir con AMLO.

Los dos personajes más fuertes de la izquierda para el 2018 están prácticamente fuera del PRD y coinciden en su crítica a los tres principales partidos.

La segunda nota proviene de las declaraciones del consejero presidente provisional del IFE, Lorenzo Córdova Vianello, quien afirmó que la democracia mexicana se encuentra “en riesgo por los cambios electorales”. Se trata de una afirmación sumamente preocupante pues es el Instituto Federal Electoral uno de los pilares fundamentales, sino que el principal, de nuestra vilipendiada democracia.

Poner en riesgo a la institución que ha guiado el proceso de transición, como afirma el consejero, no es un asunto menor. En México ha sido la democracia procedimental o electoral, la guía de un cambio que ha carecido de acuerdos sustantivos entre los agentes políticos. La declaración implica la exigencia de que las incertidumbres detectadas en las reformas constitucionales en materia político-electoral sean solucionadas a la brevedad a través de las leyes secundarias. A nivel local, interesa que queden perfectamente delimitadas las atribuciones y responsabilidades del instituto federal y los institutos estatales. Y el tiempo apremia porque el proceso federal electoral siguiente inicia en unos cuantos meses.

La tercera de las noticias tiene que ver con lo anterior y proviene de una larga entrevista que el máximo dirigente nacional del PAN, Gustavo Madero, concedió a la periodista Carmen Aristegui. En ella confirma lo dicho por el IFE: hay riesgos “pero la reforma política es una realidad”. Es decir, para él son más los beneficios que los posibles peligros para la democracia que pudiera encerrar. Valió la pena la negociación y al final, según su decir, la reforma político-electoral que se aprueba tiene el “código genético de Acción Nacional”. Lo que falta es poca cosa: ponerse de acuerdo y elaborara las leyes secundarias. Ya veremos a quien el tiempo le da la razón: al IFE o a Madero.

La última de las notas hace referencia a lo que viene sucediendo al interior del PAN. La guerra intestina en torno a la renovación o ratificación de la dirigencia ha conocido un nuevo episodio con la publicación de la conversación entre uno de los aspirantes, el senador Ernesto Cordero y el diputado, Fernando Rodríguez Doval. El mensaje era “hundir” a Gustavo Madero y al coordinador de los diputado de su partido, Luis Alberto Villarreal, entre otras cosas, por la supuesta retribución económica recibida por la aprobación del paquete fiscal 2014. Desde luego que grabar conversaciones es ilegal y reprobable, pero muestra el deterioro y la corrupción al interior del PAN; hecho que por cierto ya había denunciado el senador de ese partido, Ernesto Ruffo Appel.

En fin, y reservándome el comentario sobre la grave situación en Michoacán; todo indica que el caldero hierve a estas alturas del 2014. Urge, entre otras cosas, la “letra pequeña” de las reformas secundarias para exorcizar algunos de los demonios (que andan sueltos, parafraseando al clásico).

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