Y sin embargo, se mueven!

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Opinión de Blanca Vázquez Profesora-Investigadora de El Colegio de la Frontera Norte de El Colegio de la Frontera Norte

jueves 21 de junio de 2012

El escenario de violencia que ha vivido la población en Tamaulipas es el mismo escenario donde se mueven los migrantes mexicanos y extranjeros que transitan rumbo a Estados Unidos o en dirección contraria, los repatriados. En esta entidad las autoridades militares rescataron a 492 migrantes secuestrados en casas de seguridad durante 2011, y 150 en lo que va del año, según dan cuenta los registros sobre acciones del Ejército y Marina para su liberación.

Aún tenemos presente la masacre de San Fernando, en agosto de 2010, y los 196 cuerpos encontrados en fosas del mismo lugar durante abril de 2011. Frente a este escenario tenemos certeza de tres cosas: primera, del nivel de riesgo y vulnerabilidad de los migrantes que transitan por Tamaulipas. Los migrantes son un grupo altamente vulnerable no sólo por su condición indocumentada, para extranjeros que viajan a través de México, sino porque su tránsito temporal por la frontera norte tamaulipeca los ubica espacialmente en Nuevo Laredo, Reynosa o Matamoros, ciudades fronterizas que viven actualmente jornadas de violencia terribles. Ciudades que, por otra parte, también son los puntos principales de repatriación y deportación de mexicanos desde EU en el noreste.

Segunda, hay evidencia de la incursión de los grupos delictivos en el tránsito y tráfico de personas. La cantidad de migrantes privados de su libertad y retenidos en casas-habitación, empleadas también para resguardar armas y drogas, nos habla de su participación en el control del tráfico de migrantes por la frontera. No puede entenderse de otra manera cuando los datos muestran que entre 2009 y 2012 el Ejército ha liberado a mil 26 migrantes centroamericanos y nacionales (540 sólo en Reynosa) de casas de seguridad en territorio tamaulipeco.

Tercera, el escaso interés por el tema. La omisión de autoridades locales y sociedad frente a los actos delictivos de que son sujetos los migrantes –privación de la libertad, secuestro y extorsión– no sólo aumenta su grado de vulnerabilidad, sino que muestra el vago interés y desconocimiento sobre la problemática migratoria en la entidad. Se ha cumplido un año –en mayo pasado– de la creación por decreto del Instituto Tamaulipeco para los Migrantes, y hay dudas sobre la duplicidad de funciones, su programa institucional y su presupuesto. En mi opinión se trata de voluntad política para redefinir el proyecto que originalmente se planteó como acciones para atender las vertientes de la emigración, inmigración, transmigración, repatriación y deportación de los migrantes.

Se ha dicho que los flujos migratorios están disminuyendo, sin embargo, el movimiento de migrantes mexicanos devueltos por autoridades migratorias estadunidenses por la frontera tamaulipeca, así como extranjeros detenidos transitando por México rumbo a EU, no muestra variaciones respecto a otros años. Los migrantes continúan moviéndose y la violencia sigue.

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