¿Y qué dicen las organizaciones de la sociedad civil?

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Opinión de Camilo Contreras Delgado de El Colegio de la Frontera Norte

jueves 12 de enero de 2012

¿Pueden las organizaciones de la sociedad civil (OSC) ser contenedoras de la violencia? En la situación actual hemos debatido mucho alrededor de la estrategia del Gobierno Federal para combatir la violencia venida del crimen organizado. Destacan temas como la presencia o no del Ejército en las calles, la debilidad del sistema de procuración de justicia, la fragilidad de las instituciones gubernamentales en general, y hasta la posición endeble de la política exterior con relación al tráfico de armas desde Estados Unidos.

Hemos puesto poco cuidado a las OSC y su rol en la contención de la violencia, si acaso nos han llamado la atención aquellas organizaciones relacionadas con los derechos humanos. La mayoría de las OSC son, por naturaleza contenedoras de algún tipo de violencia.

Sin embargo, no es fácil asumir un compromiso social. En un estudio llevado a cabo por El Colef destaca la escasa profesionalización de estas organizaciones, las dificultades de financiamiento, y en localidades fronterizas pequeñas y medianas, el desinterés de las administraciones municipales es una constante.

En la frontera norte, las OSC de Ciudad Juárez y Tijuana reciben más donaciones de parte de la industria maquiladora que el resto de las OSC de la frontera. La frontera noreste queda rezagada en este rubro. La tendencia general de estos aportes viene a la baja. No hay mucho que pensarle, en tiempos de crisis económicas se reduce de inmediato lo prescindible.

Otra de las fuentes de financiamiento para las OSC es el propio Gobierno Federal a través de instancias como Indexó. Pero, para acceder a las convocatorias y recursos se requiere el estatus formal de estas organizaciones. En Matamoros, Tamaulipas, por ejemplo, de 76 organizaciones reconocidas localmente, sólo 22 están registradas ante Indesol. Esto significa que 54 OSC de ese municipio no pueden aspirar a recibir apoyo del Gobierno Federal. Es indispensable la profesionalización y la capacitación para un mejor funcionamiento de este sector.

Las OSC tienen experiencia en la atención de personas vulnerables dentro de ciertos grupos de población como es el caso de los migrantes, mujeres, adultos mayores, niños, jóvenes, quienes son atendidos con servicios de salud y apoyo psicológico, alimentos, rehabilitación, deporte, etcétera. En contraste son menos las OSC cuyo apoyo no sea asistencial y por el contrario se dediquen al desarrollo de capacidades individuales y sociales. Los beneficiarios de estas organizaciones nos dicen que seguirán acudiendo a ellas, lo que nos hace suponer que el horizonte de ese sector de la población es incierto, riesgoso y socialmente vergonzoso.

¿Qué sucedería en el país sin organizaciones con albergues para migrantes y personas sin hogar, con atención a mujeres y niños maltratados? El sector social debe ser uno de los pilares en la búsqueda de soluciones de corto y mediano plazo al problema de las violencias.