Vivir en el norte: tener la vida en vilo

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Opinión de Cirila Quintero Ramírez Investigadora de El Colegio de la Frontera Norte

jueves 5 de enero de 2023

El día de hoy, los habitantes de Culiacán, Sinaloa y pueblos vecinos se despertaron con el ruido de armas de todo tipo, con el robo y quema de vehículos de todo tipo debido a la aprehensión de Ovidio Guzmán, uno de los líderes del Cártel de Sinaloa, (https://www.aristeguinoticias.com/0501/mexico/recapturan-a-ovidio-guzman-hijo-de-el-chapo-y-se-desata-terror-en-culiacan/). Las imágenes que circulan en los medios de comunicación de vehículos quemados, bloqueos de las entradas en la ciudad, disparos por toda la ciudad e incluso agresiones de bala a aeronaves civiles (https://espanol.yahoo.com/noticias/ovidio-guzman-avion-de-aeromexico-recibe-balazo-en-sinaloa-justo-antes-de-despegar-y-asi-lo-grabaron-195300934.html) resultan de terror, inconcebibles y difíciles de creer en un país democrático. En un país en donde la protección a la ciudadanía debería ser el aspecto central de las autoridades a la hora de definir sus estrategias de lucha contra el crimen organizado. Sin embargo, eventos como éste, que ya hemos atestiguado y vivido en otros estados, solo muestran la orfandad en que nos encontramos los que vivimos en regiones en donde se ha enseñoreado el crimen, la violencia y la impunidad.

Los que vivimos en el norte, sabemos lo que es vivir en la zozobra, en la angustia y el miedo cada vez que se decide, desde una mesa gubernamental, casi siempre federal, y con escasa articulación con las autoridades estatales y locales, una forma de combatir el crimen, sin incluir en estas estrategias, acciones para la protección de los habitantes de estas regiones. Ciertamente, la secrecía para implementar estas estrategias resulta central, sin embargo, los estrategas, dado su preparación militar, deberían implementar acciones que garanticen la protección de los civiles. Hasta ahora, hemos sido los ciudadanos los que quedamos en medio de las luchas, no solo cuando el gobierno decide confrontar a los criminales sino cuando se confrontan los cárteles entre ellos mismo. En el pasado, allá por los años ochenta, la idea que se difundía era  “mientras no te metas con ellos, no pasa nada”. Sin embargo, a partir de 2010, al menos en Tamaulipas, primero por la lucha entre cárteles y sus facciones, luego por la confrontación entre crimen y gobierno, la violencia y la inseguridad irrumpió en la vida de la ciudad, las colonias, de todos los niveles económicos, se convirtieron en escenario de enfrentamientos. La mayoría de los que vivimos en estas regiones podríamos narrar alguna experiencia de cómo nos alcanzó esta violencia sin pertenecer a este mundo delictivo. A partir de entonces se iniciaron años de verdadera incertidumbre, misma que se extendió a otras ciudades, fueron años, en donde distintos sectores, como los obreros de la maquila, quedaban indefensos ante las balaceras que se desataban cuando salían a trabajar, los niños de kínder aprendían canciones para tranquilizarse ante las balaceras, las escuelas eran evacuadas, ante tal situación, y la indolencia gubernamental, los habitantes renunciamos a nuestra vida social y terminamos encerrados en nuestras casas, temerosos de que hasta ahí nos llegará la violencia.

Hace algunos años pensábamos que este período aciago se había terminado, sin embargo, en los últimos años, hemos atestiguado como la violencia se trasladó al centro, Jalisco, Michoacán y Zacatecas, se convirtieron en el nuevo escenario de esta violencia, y adquirió tintes dantescos, a partir de asesinatos colectivos, muertos en la calle, en las presidencias municipales, etc. Lo más preocupante es que no se evidencia una estrategia gubernamental, de los distintos niveles, que ponga fin a esta violencia.

Eventos recientes, como los enfrentamientos en Nuevo Laredo a finales de diciembre, https://www.infobae.com/america/mexico/2022/12/07/enfrentamiento-armado-en-nuevo-laredo-dejo-casi-una-decena-de-abatidos-y-provoco-la-suspension-de-clases/, la fuga de presos en Ciudad Juárez, que dejo más de una docena de muertos, https://www.youtube.com/watch?v=aBukqYsUnL8, el primer día de este año, las balaceras en Matamoros en ese mismo día, https://www.milenio.com/policia/registran-enfrentamientos-armados-matamoros-1-enero-2023, en donde se enfrentaron guardia nacional y criminales, quedando herida una niña de dos años, y el evento de hoy muestra que la violencia nunca se ido de la región y que se reabre un período de incertidumbre e inseguridad en que los habitantes del norte, así como otras tantas regiones del país, volveremos a tener la vida en vilo. Urge una estrategia gubernamental bien estructurada que no solo confronte, capture, castigue a los criminales, sino que regrese la seguridad a la población en general. 

Dra. Cirila Quintero Ramírez

El Colegio de la Frontera Norte