En este espacio quiero dar una breve reflexión sobre la relación del tema de la violencia generada por la actuación de los grupos del crimen organizado, con el uso de las nuevas tecnologías. El comentario se centra específicamente en la utilización de estas últimas sobre todo por los jóvenes.
El acceso y uso de las nuevas tecnologías como la computadora y los teléfonos celulares, entre otras, es cada vez más común entre los jóvenes. De la misma manera se ha incrementado el empleo de herramientas asociadas con ellas, específicamente el internet que posibilita el acceso a una gama inimaginable de información y la comunicación entre los seres humanos.
Asociado con esa posibilidad de comunicación, el uso de Twitter y el Facebook, o el envío de mensajes a través de los celulares, está dando mayores elementos a la juventud para esa “interacción” en tanto posibilita la retroalimentación a través de esas herramientas.
En escenarios violentos en muchas entidades y localidades del país, entre ellas de la frontera norte, el uso de estas tecnologías de información, o de “interacción”, puede ser por lo menos en dos sentidos: a) como instrumentos de información sobre los hechos de violencia en un momento dado y en lugares específicos en dicho momento. En este sentido, la información sirve para dar tips a la población usuaria para evitar ciertos lugares donde se den hechos de violencia; b) como una herramienta de desinformación, en el sentido de que muchos de los datos en ese tipo de eventos no necesariamente corresponde a lo realmente sucedido, y en ese sentido la información se traduce en un factor negativo y puede generar, por ejemplo, confusión, pánico, incertidumbre. Mucha de esta información no está plenamente corroborada, eso se puede ver en los diversos comentarios y cuestionamientos hechos entre los usuarios de las redes sociales.
En ese contexto, el uso de esas herramientas se convierte prácticamente en un medio de comunicación, pues da cuenta de los sucesos, o de la “noticia” si se permite la expresión. Y en ese sentido, se plantea la pregunta: ¿Las redes sociales están suplantando a medios tradicionales como la televisión, la radio o los periódicos? En mi opinión sería muy aventurado decir categóricamente que existe esa suplantación, sin embargo, sí es digno de estudio ese fenómeno y conocer qué está pasando realmente con el uso y acceso a las nuevas tecnologías de comunicación por los jóvenes en escenarios de violencia de alto impacto.
