Quisiera que fuera cuento, pero señores, es cierto: La administración actual del presidente Donald J. Trump designó a los cárteles de la droga como organizaciones terroristas (“We designated Mexican drug cartels as terrorist organizations”: Trump) y, además, ha revocado visas, entre ellas las de cantantes que componen narco-corridos (“The last thing we need is a welcome mat for people who extol criminals and terrorists”: Chris Landau, en alusión a Los Alegres del Barranco). Conclusión: al presidente Trump no le caen bien los narcos ni le agradan los narco-corridos o cualquier otro género musical que haga apología de los bad hombres o sus negocios. Para seguir el acorde, en México comenzó la iniciativa “México canta” y los parodiados “corridos del bienestar”.
Señores, vengo a cantarles un corrido de verdad: No, al presidente Trump no le agradan los narco-corridos, aunque no sabemos si el corrido tradicional, en tanto género musical narrativo y épico-lírico, sí le guste. No importa, ya le han compuesto algunos. En 2019, Los Quevedo de Puruarán, Michoacán, compusieron el “Corrido a Donald Trump”. Se trata de una historia sobre él, su política fronteriza y la resistencia mexicana. En 2024, el acordeonista José “Pepe” Sánchez, de San Luis Potosí, compuso “El atentado de Trump”, resaltando la valentía del presidente durante el atentado en Pensilvania. Hay otras canciones dedicadas al presidente, aunque no son propiamente corridos: de los Tigres del Norte (“El muro”), de la niña-mariachi Kataleya García (“Señor presidente”) o recientemente de Santa Fe Klan (“Tiradera Pa´Donald Trump”).
Técnica firme y precisa navega el chavalo: El día 20 de enero (¡cómo olvidar esa fecha!), el presidente Trump llegó a la Casa Blanca, de nuevo. Ahí firmó sus órdenes ejecutivas. Fue entonces cuando enunció una emergencia en la frontera sur. Fue ahí cuando declaró a los cárteles de la droga mexicanos, como organizaciones terroristas. Fue el primer corrido que le dedicó a México, no estaba nada alterado. Sí, literalmente, cuando alguien le pasó la orden ejecutiva para firmarla, expresó con calma: “Es algo que deseábamos hacer desde hace varios años. A México tal vez no le guste, pero tenemos que hacerlo. Están matando a miles de americanos cada año”. Y firmó, sin temblarle la mano. Una reportera le preguntó: “Si México no quiere eso, ¿cómo piensa hacerlo?” Y la ignoró. “Técnica firme y precisa” del chavalo, como señala la letra de una canción del RM.
Compa, ¿qué le parece esa morra?: Enseguida de la firma del presidente Trump, la presidenta Sheinbaum expresó: “Es una decisión que toma Estados Unidos, no es una decisión que hayan consultado con nosotros (…) Pero nosotros lo que queremos dejar claro frente a esta designación, es que nosotros no negociamos la soberanía”. El corrido no le gustó al gobierno de México, lo puso alterado. Entonces, el presidente Trump lo remasterizó: le agregó letra arancelaria y empezamos a bailar. La presidenta Sheinbaum comenzó a bailar al ritmo de Donald Trump, fue el titular de un noticiero, pues reforzó la seguridad en la frontera, puso aranceles a productos chinos y comenzaron los decomisos de fentanilo en el país. Mejor aún: Caro Quintero, Vicente Carrillo, los hermanos Treviño Morales y otros 25 personajes fueron trasladados para bailar en tierra gringa.
Ya se dieron cuenta que no les mentía, cuando les cantaba que la orden venía de arriba: Las y los políticos de México patalearon por el corrido que el presidente Trump nos cantó. Hasta convocaron a una manifestación en el zócalo de la Ciudad de México. Algunos académicos no se quedaron atrás: firmaron un comunicado, protestando por las políticas agresivas de Trump (“a veces se pone tenso, más se cumplen las misiones”). Pero en México se cantó y se bailó. Incluso, el presidente Trump felicitó a la presidenta Sheinbaum: “Pienso que la nueva presidenta es una presidenta excelente, una mujer fantástica. Ella es muy elegante, una mujer fantástica”.
¡Ay, pero que rico el party!: No, al presidente Trump no le gustan los narco-corridos. Ni siquiera los corridos. ¿Entonces qué género musical le gusta? En un video publicado en la plataforma de Tik Tok, Trump aparece en escena manejando un carro de golf. A un acompañante le dice que tiene un playlist. Este último le pregunta cuál es su canción favorita. Y la rola suena: “¡Ay, pero que rico el party! ¡Hicimos el amor en el asiento de Charly!”. El corrido no alterado que Trump cantó al iniciar su segundo mandato, fue algo exprofeso, coyuntural. En México lo agregamos al playlist. Entonces “Compa, ¿qué le parece esa rola?, la que andan bailando todos”.
Óscar Misael Hernández Hernández
El Colegio de la Frontera Norte, Unidad Matamoros
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