Hace unos días, en su conferencia mañanera, Andrés Manuel López Obrador, el Presidente de México, instó a los periodistas a solicitar datos a través de Transparencia, como una manera directa de obtener información, a través de organismos autónomos como el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI).
En esa conferencia, los periodistas replicaron que si recurrían al INAI debían esperar los veinte días hábiles que marca la ley y convencieron al Presidente de brindar los datos en menos tiempo.
Me llamó la atención la invitación del Presidente porque, por esos días, los Comisionados del INAI le escribieron una carta solicitando una reunión para definir una ruta de diálogo y colaboración para coadyuvar en el logro de dos objetivos comunes: implementar políticas públicas para hacer de la transparencia un hábito en la administración pública federal y así prevenir y controlar la corrupción
Al INAI y al gobierno de la cuarta transformación les interesa que la transparencia sea un hábito. Para muestra basta ver el detallado análisis que hace el INAI en los recursos de revisión antes de emitir su fallo y la manera en que, diariamente, se comparte información en la conferencia mañanera.
El combate a la corrupción es parte del discurso cotidiano del nuevo gobierno y en el INAI es un efecto secundario que se logra, a través de los datos, pues con esa información sirve para sustentar quejas y denuncias.
La diferencia, de fondo, es el cuestionamiento que ha hecho el Presidente de los recursos públicos requeridos para sostener al INAI y su opinión de que el organismo ha servido para ocultar información.
Lo dicho por AMLO a los periodistas permite apreciar que ha moderado su postura y que el INAI ha estado a la altura de los cambios.
En el noreste de México fuimos testigos de ello, hace unos días, con la apertura del caso de la masacre en San Fernando, específicamente, la solicitud de información relacionada con los más de cien cuerpos hallados en fosas clandestinas.
Debe reconocerse que la apertura de la información se logró por la intervención de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que ordenó que se hicieran las versiones públicas de las averiguaciones. No obstante, es un triunfo múltiple.
Quienes radicamos en Tamaulipas sabemos que es un triunfo porque, hace casi una década, Eugenio Hernández Flores, entonces Gobernador del Estado y ahora preso por sus presuntos vínculos con el narcotráfico, afirmó que no pasaba nada cuando la población vivíamos en medio de balaceras constantes.
Es un triunfo para los familiares de las víctimas que conocerán información que si bien no resuelve todas sus inquietudes, les da pistas y esperanza para saber qué aconteció con sus amigos y familiares.
Es un triunfo para los activistas de organizaciones de migrantes y de búsqueda desaparecidos porque se sienta un precedente que les devuelve un poco la confianza en las instituciones y hace menos tortuoso el camino.
Es un triunfo para los solicitantes de información porque la espera vale la pena, pues sabremos, por la vía directa, datos que no siempre quieren brindar los servidores públicos.
Es un triunfo para la democracia que se fortalece con la transparencia y la rendición de cuentas porque dan elementos para creer en el valor del voto emitido y en que los representantes elegidos harán el trabajo que prometieron.
Es un triunfo para todos ser más transparentes.
Dra. Artemisa López León
El Colegio de la Frontera Norte