A la memoria de mi padre, Víctor Manuel Espinosa Velueta
Eso representa el libro Porfirio Muñoz Ledo. Historia oral 1933-1988 de James W. Wilkie y Edna Monzón Wilkie, (Rafael Rodríguez Castañeda, editor), Penguin Random House/PROFMEX/Debate, 2017. En reciente entrevista Porfirio Muñoz Ledo (PML) se autodefinía como un luchador antes que un político. Ello queda demostrado a través de las 943 páginas de su libro.
Dividido en 6 apartados la obra nos conduce desde su nacimiento, el 23 de julio de 1933, hasta el paradigmático 1988, año de las cuestionadas elecciones presidenciales que se recuerdan por el fraude electoral para evitar el triunfo de Cuauhtémoc Cárdenas candidato del Frente Democrático Nacional. PML nos lleva de la mano (y diría de su prodigiosa memoria) por los diferentes ámbitos y pasiones: la historia, la ciencia política, el derecho. Nos habla de sus quereres y sin ningún rubor, se declara agnóstico.
Me llama la atención la actualidad del pensamiento de PML. Sus propuestas de futuro están formuladas desde aquellos años, pero son aplicables a la coyuntura electoral que vivimos. Por ejemplo sobre el régimen político, propone: “La proporcionalidad para la cámara y el escrutinio mayoritario de dos vueltas para el Ejecutivo es la fórmula de los cincuenta dentro de lo que se llamó en Europa la ‘ingeniería electoral’. Se suponía que cada fórmula daba una estructura distinta de partido. ¿Cuál es la fórmula ideal para la mayor gama de expresiones ideológicas en el Congreso? La proporcional pura. ¿Y cuál permitiría la reagrupación más clara de opciones a nivel nacional? La mayoritaria a dos vueltas para el Ejecutivo. Ese era mi proyecto”
La pregunta que me surge como lector ¿Cómo ser independiente en la época de partido hegemónico? La respuesta parece estar a lo largo de su vida, de su narrativa como intelectual y político. En una etapa en la que sobrevivir como oposición era casi imposible. Hacerlo desde la función pública, era de la mayor complicación. Por eso su divisa: “Soy funcionario de la República” y no del sistema.
Respecto al nacionalismo, hoy que ya no está de moda, señala “El único valor que considero absolutamente permanente desde mi adolescencia hasta ahora es el nacionalismo: es la constante mayor de mi pensamiento, lo cual no quiere decir que por nacionalismo haya cedido a ciertas doctrinas autoritarias, ni quiere decir tampoco que pueda arriesgar mi nacionalismo en función de una pasión democrática”.
Una de las críticas que escuchamos en pleno proceso electoral es sobre el cambio en los políticos profesionales. Al respecto PML sostiene: “Puedes cambiar de un partido a otro, es admisible –conozco a muchas personas que han pasado de republicanos a demócratas y al revés- siempre y cuando este tránsito de un partido a otro sea en defensa de tu línea de acción. Cualquier cambio de punto de vista en la vida es libertario: puedes pasar de ser judío a católico o de católico a protestante, ése es tu derecho. No objeto el derecho de nadie a cambiar de filosofía, de religión”. “No niego que cambié. Estoy en mi derecho. Solamente las piedras no cambian, pero deberían cambiar”.
“Decía que el cambio más importante en la ciencia política, en la historia del país, será el día en que por la vía electoral cambie el poder de un partido a otro, cosa que nunca ha ocurrido. Ese día cambiará la historia de México”. “Esa es la tarea de mi vida: lograr que haya devolución del poder por la vía democrática”.
Hay un par de momentos en la historia política mexicana y en las cuales fue protagonista PML. La primera, fue la interpelación al VI Informe de Miguel de la Madrid, el 1 de septiembre de 1988. La segunda, el 1 de septiembre de 1997, durante la ceremonia del 3er. informe del Presidente Ernesto Zedillo. Fue la primera ocasión que un líder de la oposición diera respuesta a un informe. Es el momento cumbre del gran tribuno mexicano, entre otras cosas PML sostuvo: “Lo que en última instancia significa el cambio democrático es la mutación del súbdito en ciudadano”. Lo dicho, esta obra que concluye en 1988 parece premonitoria de lo que sucederá 30 años después, en 2018.
Dr. Víctor Alejandro Espinoza
El Colegio de la Frontera Norte