Es el término coloquial utilizado generalmente para describir una situación donde alguien es sorprendido “con las manos en la masa”; así le pasó al senador Ernesto Cordero el pasado domingo 1 de febrero cuando las cámaras de la cadena de televisión Fox Sports lo enfocaron durante la edición XLIX del Súper Bowl celebrado en la ciudad de Phoenix, Arizona. Acompañado del cuñado del expresidente, Felipe Calderón, Juan Ignacio Zavala, quien luce una playera de los Halcones Marinos de Seattle; el equipo perdedor por cierto. Cordero a su lado, no alcanzó playera pero utilizó una gorra y polo azul, como la de su equipo y de su partido.
Tal vez el asunto no hubiera pasado a mayores sino es por un pequeño detalle. Ese día 1 de febrero daba inicio el periodo ordinario de sesiones del Congreso de la Unión, y todos sus integrantes habían sido notificados desde el jueves 29 de enero. Pero el senador Cordero prefirió ir a apoyar a su equipo. Una vez que fue “torcido” por la indiscreta toma de la televisión, las críticas no se hicieron esperar. Sin embargo, con ese tacto político que lo ha caracterizado (recordemos el famoso incidente cuando afirmó que con un ingreso 6 mil pesos mensuales una familia podía vivir tan bien como él), minimizó su ausencia, pero además los trabajos del Congreso. Afirmó que tomó la decisión de ausentarse ya que la “sesión duraría 10 minutos” y no se iba a “discutir absolutamente nada”. Acto seguido propuso una “solución”: que le descontaran el día, total es un problema de pesos y centavos.
Lo que ventiló la escena de la Fox Sports fue además el grave conflicto interno que vive Acción Nacional. En esa especie de guerra que se han declarado los grupos encabezados por el presidente nacional, Gustavo Madero y por el expresidente Felipe Calderón, al que pertenece el senador Cordero; el viajecito del senador le vino bien a Madero, quien afirmó que era insuficiente sólo descontar el día al ausente como sanción. Adelantó: “Vamos a investigar qué procede, pero sin duda es más un daño a la imagen de los legisladores, del grupo parlamentario y de los senadores” (http://www.sinembargo.mx/02-02-2015/1237507). A ello respondió Cordero en su cuenta de twitter: “@gustavomadero es la corrupción, los moches y otras conductas no panistas lo que deberías estar investigando.
Esa es la paradoja, es más intenso el “fuego amigo”, que el que proviene de los adversarios de otros partidos. El grupo calderonista no las trae todas consigo y cualquier desliz será utilizado en su contra. Lo mismo pasará con los grupos antimaderistas. Al expresidente le están lloviendo las facturas de un sexenio caracterizado por una conducción vertical por un grupo cerrado e impermeable a las opiniones diversas y divergentes. Calderón no permitió el crecimiento de figuras panistas a su alrededor. De “mecha corta”, además ofendió e hizo a un lado a quienes se atrevieron a disentir. Su delfín en la sucesión presidencial de 2012 fue Ernesto Cordero.
Por su parte, Madero está pagando las facturas de una política de alianzas incondicionales con el presidente Enrique Peña Nieto, así como por la estrategia de coaligarse con el PRD en diferentes entidades para ganarle al PRI. No se puede estar bien con “dios y con el diablo”. La política de exclusión a quienes no comulgan con su corriente le está sumando enemigos. Lo dicho, la televisión exhibió la situación crítica por la que atraviesa Acción Nacional. Por lo demás, todo mundo tiene derecho a gastar sus “6 mil pesos” como quiera, pero cuando inicia el periodo ordinario de sesiones el riesgo es que te “tuerzan”.
-Víctor Alejandro Espinoza Valle, profesor-investigador del Departamento de Estudios de Administración Pública.