La discusión en torno a la realización o no de los debates parece el eje sobre el que giran las campañas. Es un buen tema mediático sin duda; así, de nuevo se margina la discusión acerca de las propuestas que se han venido presentando. Si ese era el objetivo de quien ha decidido boicotear los debates, aparentemente se ha salido con la suya.
Ya tuvimos el primero (y si otra cosa no sucede) el único en el que se pudo ver a los tres candidatos a gobernador. El pasado miércoles 29 en la ciudad de Playas de Rosarito, concurrieron: Fernando Castro Trenti, candidato de la alianza Compromiso por Baja California, conformada por el PRI/PVEM/ PT y Partido Encuentro Social; Francisco Kiko Vega, de Unidos por Baja California (constituida por el PAN/PRD/PANAL y Partido Estatal de BC) y Felipe Ruanova Zárate de Movimiento Ciudadano.
Me llama mucho la atención los comentarios recogidos en páginas de Internet y redes sociales. Los votantes duros no cambian sus impresiones así cuenten con evidencias de que a sus gallos no les fue bien. Ya tienen hecho el comentario antes que inicie el debate. No hay una pizca de objetividad; y de esta subjetividad ni siquiera los periodistas se salvan.
Predominan los comentarios sobre lo forma: que si alguno de los candidatos no dijo bien una palabra; que si el otro estaba muy maquillado; que si el otro parecía borracho o gesticulaba de más. No está mal analizar esta parte del evento; pero eso no puede ser todo. Es el problema de la cultura y primacía de la imagen.
Habría que decir que el formato sigue siendo muy poco amigable. Demasiado acartonado, tomas fijas que no permiten observar reacciones de los contrincantes o del público. Temas generales, más que preguntas. Así lo acordaron los responsables de las campañas. No hay interrupciones, ni señalamientos por parte del moderador. No hay debate; es un encuentro, que eso sí, muestra algunas de las habilidades o limitaciones de los participantes.
¿Alguien podría decirme cuáles fueron los temas de este primer encuentro? Lo pregunto ante la pobreza de comentarios sobre los asuntos tratados. Los temas fueron: educación, cultura, salud, juventud y deporte. Aunque creo que de cultura no se dijo mucho. En el resto hubo propuestas interesantes; por eso me desconcierta que se diga que los candidatos no plantean nada. Otra cosa pudiera ser que no estemos de acuerdo con esas propuestas. Pero descalificar porque “nos aburren” me preocupa.
Fernando Castro Trenti hizo gala de un manejo muy depurado de los datos del diagnóstico de cada uno de los asuntos tratados; quizá esa pueda ser una crítica: demasiado énfasis en los números. Kiko Vega mostró que para él las cosas son simples. Quiere ser gobernador y que la gente vote por él “Porque soy Kiko Vega”, así de profundo. Incluso dijo” “yo no vengo con tanto rollo y cifras; yo sencillito”. ¿Comprenderá que las buenas políticas públicas inician con un buen diagnóstico? Me temo que no.
Por su parte Felipe Ruanova fue enfático en su propuesta ecológica: más árboles y menos contaminación y a partir de eso hizo denuncias muy graves al candidato Kiko Vega, quien no las refutó. Los únicos escarceos se dieron entre estos dos aspirantes.
A juzgar por lo que ha sucedido en la última semana, las conclusiones y enseñanzas entre los candidatos fueron distintas. Para Fernando Castro Trenti y Felipe Ruanova es importante acudir a los debates programados; Francisco Kiko Vega y sus estrategas han decidido no exponerlo. Los argumentos esgrimidos para no acudir a debatir (solidaridad con la COPARMEX y parcialidad del órgano electoral), son tan débiles, que lo que evidencian es que han calculado que pierden menos dejando de asistir que haciéndolo. Pero considero que se están moviendo en el filo de la navaja: si como muestran las tres encuestas en hogares que se han difundido en estos días (Covarrubias y Asociados, Frontera y Opinión Pública, Marketing e Imagen), Kiko Vega va abajo en las preferencias electorales, perder más puntos con su negativa a debatir, puede ser definitivo. La única vía parece ser la de las campañas negativas; pero eso es aferrase a un clavo ardiente. ¿Será ya el anuncio de la tercera derrota panista consecutiva en la entidad?