Dentro de algunos años la participación de Margarita Zavala de Calderón, como la primera candidata independiente a la presidencia de la República, será sólo una anécdota. Quizá nadie recuerde sus afanes por volver a vivir en Los Pinos como lo hizo durante el sexenio de su marido Felipe Calderón. Hoy, sus posibilidades para alcanzar el triunfo son nulas. No solamente porque lo dicen reiteradamente las encuestas, sino porque carece de un proyecto disruptivo frente a la continuidad de los tres últimos sexenios. Y al parecer es lo que menos quiere la mayoría de ciudadanos de este país. Ella es la esposa de Calderón tratando de regresar a la silla presidencial. Esa es la percepción generalizada.
Ignoro si no escucha a sus asesores o si no los tiene y sólo oye a su marido. Pero la pobreza de sus planteamientos lleva a pensar lo anterior. Este fin de semana tuvo una gira por San Diego, California y Tijuana. Invitada por Tijuana Innovadora y el Centro de Estudios México-Estados Unidos de la Universidad de California en San Diego. El viernes en esta última universidad y el sábado en Tijuana. Estuvo en un ambiente de amigos que prepararon todo para su lucimiento; pero para su desgracia, la verdad es que la pobreza de sus planteamientos dejó mucho que desear.
Al parecer sus respuestas se basan en simple sentido común o peor aún, en esa filosofía foxiana de que todo se resuelve con “buenas vibras” o “echándole ganas”. No encuentro un proyecto de Nación, un proyecto articulado para gobernar durante los próximos seis años. Nada, simplemente busca frases bonitas aunque sean huecas. Insisto o sus asesores son muy malos o no les hace caso. Perdón, pero no le alcanzará el argumento de que es mujer para ganar la elección, mucho menos para saber gobernar.
En una sala colmada de panistas y ex panistas de la corriente calderonista, Margarita Zavala dijo entre otras cosas, que Tijuana era un ejemplo para el resto del país. La verdad no sé bien a lo que se refería: al parecer no conoce lo que ha generado el modelo de crecimiento urbano maquilador. Miles de pobres en las colonias de la periferia, una precarización brutal del empleo, una sociedad dividida entre la zona urbana del Río y la pobreza del este, donde conviven el hacinamiento, las adicciones, la falta de esperanza y la muerte. Tijuana, con los peores índices de homicidios en su historia. ¿A qué se refería Margarita?
Por si fuera poco, afirmó en San Diego que las escuelas de Baja California eran “del nivel” de las de Bélgica y Holanda y las de Chiapas como las del Congo. Esta afirmación es ofensiva a todas luces y demuestra su ignorancia de la realidad. Cientos de centros escolares de nivel básico en la entidad sobreviven en condiciones críticas, con una infraestructura deplorable y donde la modernidad de la publicidad oficial brilla por su ausencia. Escuchar la aseveración de la candidata es una ofensa para los maestros, para los alumnos y para sus padres.
Entre otras afirmaciones dijo que entre 1989 y 2018 había participado en todos los procesos electorales en la entidad para apoyar a los candidatos de su partido. Pero que de algunos apoyos se arrepentía. Desde luego se refería a la candidatura de Ernesto Ruffo Appel, y a pregunta expresa contestó que se arrepentía también de haber apoyado a Francisco Kiko Vega, el gobernador actual. Por supuesto que se desmarca pues Kiko Vega apoyó el proyecto de Ricardo Anaya de convertirse en el candidato de la alianza encabezada por el PAN.
Si en un escenario donde los organizadores le confeccionaron las preguntas para su lucimiento, Margarita Zavala tuvo un gris desenvolvimiento, no quiero saber cuál será su desempeño en un verdadero debate. Es muy probable que se eche a llorar o se desvanezca como le sucedió a una compañera de su partido. La pregunta que quedó flotando es si va a declinar y tratar de traspasar su 5% de preferencias al candidato más afín: José Antonio Meade. O si se sostendrá hasta el final tratando de ganar visibilidad y algún cargo de consolación para ella y su grupo. Falta aproximadamente un mes para resolver estas interrogantes.
Dr. Víctor Alejandro Espinoza
El Colegio de la Frontera Norte