[:es]La encuesta que año con año lleva a cabo la Corporación Latinobarómetro, una Organización de la Sociedad Civil sin fines de lucro cuya sede se encuentra en Santiago de Chile, es reconocida internacionalmente como uno de los trabajos más profesionales para medir el estado de la democracia en América Latina. Las encuestas iniciaron en 1995 y al año de 2017 se han levantado un total de 20. La más reciente se aplicó en 18 países entre el 22 de junio y el 28 de agosto.
No me voy a referir a la amplia gama de asuntos que incluye la encuesta. Sólo haré referencia a un par de ellos. Una de las conclusiones del estudio en voz de la Corporación es que “En el caso de América Latina, tenemos datos que nos muestran lo que nos sucede y lo que nos ha sucedido. Este monitoreo de la democracia muestra desde hace ya cinco años datos preocupantes respecto de la democracia. La democracia continúa estando afectada en el mundo entero, por nuevos acontecimientos sucedidos tanto en el primer mundo como en países en desarrollo, siendo América Latina una de las regiones con un declive democrático a estas alturas reconocido”.
Por el momento sólo subrayo algunos resultados para México que nos muestran el deterioro progresivo de la valoración de la democracia por los ciudadanos. Lo que dicen los responsables del estudio resulta muy gráfico: “Se trata de una enfermedad como la diabetes, que no es visible a simple vista, donde todo parece igual, pero que sin embargo existe y tiene consecuencias (…) va lentamente carcomiendo, perdiendo algo ya alcanzado, sin que se tenga un remedio concreto para parar la merma y comenzar la recuperación”. Más preocupante aún es que México se encuentra entre los cinco países con mayor decrecimiento del apoyo a la democracia en los últimos dos años. Su caída fue de 10%, pasando de 48 a 38%; por encima de los otros cuatro países: Perú, República Dominicana, Honduras y Bolivia. Mientras que países como Brasil, Guatemala y Paraguay (para mencionar los primeros tres), tuvieron cambios positivos. Todavía más, Venezuela subió 1% pasando de 77 a 78%, siendo el país donde más apoyo se mostró hacia la democracia, por paradójico que parezca.
La percepción acerca de la democracia como el mejor sistema de gobierno nos lleva a ocupar el último lugar de los 18 países analizados. La media para Latinoamérica es de 69%; mientras que nuestro país apenas alcanza un 54%. Los tres países con más aprecio por la democracia como sistema son: Uruguay con 84%, seguido de Ecuador con el 83% y Venezuela y Argentina con el 77%. Ante la pregunta qué evalúa la democracia, concretamente “¿cómo diría que es la democracia en su país?¿una democracia plena?”; el promedio latinoamericano fue de 5%. En ese rubro México se situó en el penúltimo lugar con un 2%, sólo superado por Brasil con el 1%. El país mejor evaluado fue de nuevo Uruguay con el 14%, seguido de Nicaragua con 13% y Ecuador con 9%. Por último, en la llamada “Escala de Desarrollo Democrático”, que va de 1 a 10, donde 1 es “no democrático” y 10 “totalmente democrático”, México de nuevo destaca por ocupar el lugar 16 (antepenúltimo) con un 4.7, mientras que el promedio de Latinoamérica se sitúa en 5.5. Uruguay de nuevo con un 6.9, Costa Rica con 6.8 y Argentina con 6.1 aparecen con las mejores calificaciones. (http://www.latinobarometro.org/latNews.jsp)
Los datos anteriores, junto con la valoración de los poderes públicos y los partidos políticos, ayudan a comprender la grave desafección de la Política por parte de los ciudadanos mexicanos. En ese contexto se llevan a cabo los procesos electorales cada vez más criticados sobre todo por sus costos económicos. Difícil papel de un árbitro que tiene que convencer a una ciudadanía incrédula que votar sigue siendo una opción para renovar autoridades cada cierto tiempo. Aun así el reto principal parece ser cómo devolver la confianza hacia un sistema democrático como la mejor de las opciones posibles. La tarea no es responsabilidad exclusiva del árbitro, sino de todos los que sabemos que las transiciones también pueden ser hacia regímenes autoritarios. Esa sería una tragedia.
Dr, Víctor Alejandro Espinoza
El Colegio de la Frontera Norte[:]