Transiciones | Participación ciudadana, democracia e instancias electorales

Regresar a Columnas de opinión

Opinión de Artemisa López León Investigadora de El Colegio de la Frontera Norte

jueves 2 de marzo de 2023

En unos días, empezaré a impartir un curso sobre Participación Ciudadana y Gestión Pública para los estudiantes de la Maestría en Acción Pública y Desarrollo Social de El Colef. Ese tipo de cursos me emocionan porque es una manera de recordar viejos tiempos, no sólo porque impartiré clases de los temas que me apasionan y me recuerdan aquellos años en que también fui estudiante de posgrado, como ellos, y reflexionaba, en el ámbito rural, cuestiones políticas; en aquella época me interesaba conocer y entender los movimientos sociales, sus luchas, sus motivaciones y las acciones que emprendían para lograr esos fines que, como colectividad, sentían que de otra manera no podían conseguir y, en el caso que estudiaba entonces, su propia lucha me llevó a interesarme en la democracia y los procesos electorales porque el movimiento, así vinculaba la lógica de acción política.

Para abrir el curso elegí un clásico: La participación ciudadana en la democracia, de Mauricio Merino. Un texto que bien recordarán los que rondan o pasan de las cuatro décadas de existencia porque fue el número cuatro de la Colección “Cuadernos de la Cultura Democrática” que publicó el Instituto Federal Electoral (IFE, ahora INE) y que, hace tres años, se reeditó con una linda portada y algunos comentarios añadidos en la introducción.

Esta colección marcó a toda una generación porque fueron tiempos en que el INE tenía muy claro que generar libros sobre la democracia eran importantes en un país que recordaba bien el fraude electoral de 1988, con una generación de políticos que ya no sentían cabida en el Partido Revolucionario Institucional, con una oposición que empezaba a consolidarse en las filas del Partido de la Revolución Democrática y con una ciudadanía que, con mucha ilusión, veía al EZLN como el motor de un cambio profundo en México o una ciudadanía que se organizaba, en movimientos sociales, para exigir el respeto al voto y la satisfacción de sus necesidades básicas. En ese contexto, el INE de aquellos años publicó esos cuadernos que, de alguna manera, contribuían a la educación cívica de los mexicanos interesados en los asuntos sociopolíticos.

¿Por qué elegí ese texto para iniciar mis clases? No fue por nostalgia ni para dar una lección histórica a mis estudiantes, ni mucho menos fue porque crea que el INE no se toca. No. Fue porque me da vueltas en la cabeza que las nuevas generaciones se comunican y leen en 280 caracteres y necesitaba un texto interesante, inteligente, reflexivo pero que fuera de ágil lectura, pues el desafío de cualquier docente es despertar el interés de sus pupilos en la primera sesión, al menos eso me dice mi experiencia de hace unos años, como profesora de estudiantes de segundo semestre de universidad.

Releer a Mauricio Merino también ha sido un aprendizaje para mí, cada página que reviso de ese cuaderno me hace darme cuenta que muchas de sus ideas aún tienen eco, que algunas de sus críticas siguen siendo importantes y, sin duda, hay temas que sumar a la reflexión actual porque los tiempos van cambiando.

Hace unas horas que un extracto de la entrevista que le hizo Denise Maerker a Mauricio Merino, a razón de la marcha en favor del INE del domingo pasado, también refrendo que, no es lo mismo los tres mosqueteros que veinte años después y en tiempos de la 4T, todos estamos tomando partido, como académicos y como seres humanos, y lo hacemos algunos de manera más directa y activa, otros de manera más pasiva pero, sin duda, estamos en una coyuntura importante en este país que seguramente no terminará con el sexenio de AMLO y que será o deberá ser tema de reflexión en cursos, como el que empezaré a impartir en unos días.

Dra. Artemisa López León

El Colegio de la Frontera Norte