Transiciones: Nuevos gobiernos, viejos problemas

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Opinión de Victor Alejandro Espinoza Valle Investigador de El Colegio de la Frontera Norte

miércoles 7 de diciembre de 2016

Este 1 de diciembre a lo largo del país hemos sido testigos de la toma de posesión de nuevos funcionarios electos: gobernadores, alcaldes, diputados locales. Una renovación importante de los poderes públicos locales producto de las elecciones del año que está a punto de terminar.

El cambio en los cargos públicos coincide con el inicio del quinto año de gobierno del presidente Enrique Peña Nieto. Los problemas que enfrentamos los mexicanos se han agravado a partir de la elección del 8 de noviembre en Estados Unidos, que llevará en enero a la presidencia al republicano Donald Trump: devaluación del peso, incertidumbre económica, aumento de presión para los migrantes mexicanos radicados en el país vecino y por si faltara, la renuncia del gobernador del Banco de México, Agustín Carstens.

Uno de los grandes problemas estructurales que padecen los gobiernos locales sin duda es la ausencia de un servicio profesional de carrera, lo que permite que los nuevos gobernantes renueven a buena parte de la estructura administrativa al asumir el cargo. Independientemente de que sean del mismo partido, la mayoría de las ocasiones no son los mismos grupos lo que llegan al poder; más si se trata de otro partido el ganador, la renovación de cuadros de confianza es total. Ello se traduce en una grave pérdida de capital humano y económico.

A algunos de los nuevos funcionarios les tocarán periodos de gobierno más cortos en virtud de que en sus entidades están en proceso de hacer concurrentes en el futuro las elecciones locales y federales. Sin embargo, lo que encuentro es que las promesas de campaña son las mismas, es decir, se promete resolver, ahora sí, los problemas de su entidad o municipios o llevar a cabo profundas reformas legales que se requieren para hacerles frente.

La mayoría de los gobiernos que concluyen, lo hacen entre acusaciones por el uso indebido de recursos, corrupción, ausencia de rendición de cuentas, opacidad o incumplimiento de las promesas de campaña. Pero también por la ausencia del Estado de derecho, o por la persistente violación de las leyes. Lo que llama la atención es que la pésima evaluación ciudadana no distingue el origen partidista de los funcionarios y gobiernos que concluyen. Pero también, los que asumen el poder han logrado el triunfo en las urnas merced a promesas de campaña imposibles de cumplir. Círculo vicioso que parece no tener solución bajo las actuales reglas institucionales.

La reforma electoral de 2014 se tradujo en que producto de los procesos electorales de 2015 y 2016 se han venido incorporando a los cabildos regidores “independientes”, es decir, que lo hacen en virtud de haber figurado en las planillas de candidatos sin partido a las alcaldías. Pronto será posible evaluar la actuación de estos nuevos funcionarios. Creo que para tener algún impacto deberán establecer alianzas con regidores de otro signo partidista; si no lo hacen su actuación será meramente testimonial y de denuncia.

Con la profundización de la crisis económica, fenómenos como la inflación, la precariedad en el empleo o la profundización de la pobreza, pasarán a ser el centro de las preocupaciones de los mexicanos. A ello se sumarán los problemas de inseguridad que crecen de manera exponencial. Para los gobiernos locales son camisas de fuerza que les impiden llegar a resolver algunas de sus promesas de campaña o que ahogan las buenas intenciones de muchos de los representantes electos. A los múltiples problemas referidos, se suman los resultados de las elecciones de Estados Unidos y las acciones en materia migratoria que de ello se derivarán.

Si aumenta la deportación de mexicanos, las ciudades fronterizas serán los principales destinos de repatriación. ¿Con qué tipo de recursos cuentan los gobiernos del norte de México? Hasta ahora no se han definido planes concretos para enfrentar la emergencia que se vislumbra. Ya no bastarán los discursos optimistas o demagógicos de gobernadores, alcaldes o empresarios. Eso da para ganar elecciones, pero no para resolver los viejos y nuevos problemas.

Victor Alejandro Espinoza Valle
El Colegio de la Frontera Norte