Opinión de Víctor Alejandro Espinoza Investigador de El Colegio de la Frontera Norte

miércoles 23 de agosto de 2017

A días del 8 de septiembre, fecha en la que inicia formalmente el proceso electoral 2017-2018, los partidos políticos alistan sus estrategias para designar a sus candidatos que disputarán la Presidencia de la República. Sólo uno de los partidos tiene candidato seguro, MORENA, quien tiene en Andrés Manuel López Obrador a su abanderado. El resto de los partidos políticos se encuentran en una situación delicada tratando de que la designación no provoque una crisis que los lleve a una competencia desigual.

El PRI recientemente llevó a cabo su Asamblea Nacional en la que se aprobaron importantes reformas a sus Estatutos. Sobresale la abrogación del Artículo 166, Fracción IX que establecía que “Para los casos de Presidente de la República, Gobernador y Jefe de Gobierno del Distrito Federal se requerirá acreditar la calidad de cuadro, con diez años de militancia partidaria”. También se reformó el Artículo 181 para permitir postular a simpatizantes “cuando su prestigio y fama pública señalen que se encuentran en un nivel de reconocimiento y aceptación superior al de los militantes que aspiren al mismo cargo” (Frontera, “El PRI del 2018”, 21 de agosto/2017, pp. 26 y 27).

Para muchos esos cambios tienen un destinatario particular: el actual secretario de Hacienda y Crédito Público, José Antonio Meade Kuribreña. La última de las cartas del presidente Enrique Peña Nieto. Veamos por qué. Desde la campaña presidencial de EPN, sus dos colaboradores más cercanos y por ello precandidatos naturales de su partido eran Luis Videgaray y Miguel Ángel Osorio Chong. Con el paso del sexenio sus figuras se han desgastado y parece muy improbable que alguno de los dos alcance la candidatura presidencial del tricolor. En el camino se ha mencionado al actual secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño Mayer, quien inició el gobierno como Jefe de la Oficina de la Presidencia de la República, pero en agosto de 2017 fue designado como titular de la SEP. Justamente su labor al frente de esta dependencia y teniendo como principal objetivo impulsar la recientemente aprobada reforma educativa, desgastó su probable candidatura. Es muy difícil considerar que Nuño Mayer pudiera llegar a alcanzar la postulación de su partido.

Ante la falta de aspirantes con verdaderas posibilidades de competirle la elección a AMLO, hace unos meses surgió la propuesta de que José Narro Robles, actual secretario de Salud y ex rector de la UNAM, fuera el abanderado priista. Desde mi punto de vista, Presidencia de la República decidió evaluar si Narro Robles podría convertirse en un candidato competitivo. La imagen de un servidor público y académico respetado podría generar una buena aceptación entre el electorado. Al parecer el proyecto fue desechado. Narro Robles fue descartado, sobre todo porque es un personaje que no conectaría con el ciudadano, poco carismático como para aspirar a ganarse el apoyo de un sector importante de la ciudadanía.

Desde hace unas semanas, el nuevo proyecto se llama José Antonio Meade. Considerado como un funcionario público honesto, Meade no pertenece al PRI. Los cambios a los Estatutos parece que fueron hechos para facilitar convertirlo en el candidato tricolor. Meade ocupó dos carteras en el gobierno de Felipe Calderón y otras tres en lo que va del sexenio de EPN. Se trataría de construir una imagen de un ciudadano honesto que ha sido capaz de trabajar para ambos gobiernos. Esa sería una opción para atraer al electorado panista que no quedara conforme con la candidatura de su partido o para mandar el mensaje de que un técnico experimentado podría ser la alternativa ante los problemas que aquejan a los mexicanos.

En unas cuantas semanas se podrá evaluar si Meade es un candidato competitivo para el PRI. Desde luego que el gran peligro será que no sólo el secretario de Hacienda se convierta en candidato, sino que otros candidatos a gobernador sean externos; eso podría crear fuertes resentimientos y una desbandada de militantes y aspirantes hacia el PRD o MORENA y ese sí podría ser un peligro para el proyecto de conservar la Presidencia. Pronto lo sabremos.

Víctor Alejandro Espinoza

El Colegio de la Frontera Norte