[:es]Transiciones: Marineros[:]

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Opinión de Victor Alejandro Espinoza Valle Investigador de El Colegio de la Frontera Norte

miércoles 15 de marzo de 2017

[:es]Murió Jesús Silva- Herzog Flores (1935-2017), una de las figuras emblemáticas del priismo doctrinario. “El diamante negro” como se le conocía en los medios políticos, precisamente por sus grandes cualidades intelectuales y políticas. Fue funcionario público durante varias administraciones, pero quizás el cargo más recordado sea el de Secretario de Hacienda durante la crisis de 1982, cuando el país se hundía en medio de la devaluación del peso, la hiperinflación y la salida de capitales.

Silva-Herzog Flores pertenece a esa generación de brillantes intelectuales mexicanos nacidos en la postrevolución como Porfirio Muñoz Ledo, Cuauhtémoc Cárdenas o Ifigenia Martínez. Académicos, funcionarios públicos y disidentes dentro de su partido. Para entender el actuar de esos marineros en tierra es necesario comprender la naturaleza del sistema político mexicano que impedía cualquier tipo de disidencia fuera de las estructuras partidistas. Si se convertían en críticos acérrimos del sistema de partido hegemónico la alternativa era la clandestinidad. Silva-Herzog Flores decidió tratar de transformar muchas cosas “desde dentro”. No me interesa calificar esta decisión, lo que resultó fue que se trató de una generación que tuvo como bandera ideológica el nacionalismo para lograr algunos avances, muchos de ellos en el terreno social.

Su hijo, Jesús Silva-Herzog Márquez, lo describe: “Servidor público, ante todo. No sé cuándo habré descubierto lo que hacía mi padre. Salía de casa muy temprano y regresaba muy noche. Lo que percibía era la pasión con la que hablaba del país y sus problemas, la satisfacción de lo que iba logrando, la frustración de lo que era bloqueado o pospuesto; sus pequeñas y grandes batallas, el impulso de resolver, de corregir, de innovar. También la rabia que le provocaban la trampa y el abuso. Me daba cuenta que su causa tenía adversarios poderosos. Rondaban la intriga y la envidia; los intereses y las ambiciones. Decir la verdad era un deber pero tenía costos. La genuflexión podía ser rentable pero era repugnante. Recuerdo bien la repulsión a todas las reverencias de la cortesanía, los alardes de la opulencia, la frivolidad. Veía que la entrega era absoluta (…) Su entrega nacía de una profunda confianza en México, de la certidumbre de que podían transformarse las cosas, que podía hacerse el bien, que podría derrotarse a los pillos y a los aduladores”. (El mar, Reforma, 13 de marzo de 2017).

Qué difícil ha sido ser funcionario honesto en medio de un sistema corroído por la corrupción. Ayer y hoy, no sucumbir ante la tentación del enriquecimiento inmediato, parece una proeza. La diferencia es que hoy hay alternativas que antes era muy difícil siquiera imaginar. O militabas en el PRI y tratabas de generar una corriente crítica o programas que llevaran los recursos a los más necesitados, o eras estigmatizado dentro de la oposición marginal. Es a partir de finales de los setenta y principios de los ochenta cuando se abren nuevas opciones para la militancia legal de oposición. El camino hacia el pluralismo comienza y muchos de estos funcionarios abandonan a su viejo partido; otros como Silva-Herzog Flores deciden seguir impulsando su proyecto desde el gobierno.

Hoy cuando la crítica al pasado es lapidaria, cuando la “comentocracia” se solaza en la reivindicación de un modelo neoliberal donde al parecer no hay espacio para el Estado, cuando la doctrina y la formación política e intelectual se cree son sólo una carga ideológica, surgen esas trayectorias que lucharon en un contexto complicado, donde la disidencia era confinada a la marginalidad o a la cárcel.

Los marineros en tierra, la generación que creció en un contexto económico favorable (la etapa del “milagro mexicano”), lo hizo en condiciones políticas complicadas. Supieron sobrevivir y aportar en medio de ese océano embravecido, Hoy podemos afirmar que no todo pasado fue negativo. Hubo trayectorias ejemplares que aportaron ideas y prácticas que son un referente para comprender nuestra circunstancia.
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