Como la mayor parte de los eventos que preside, había una gran expectativa por conocer cómo sería la ceremonia del primer “Grito” de Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Días antes circuló un video en el cual el presidente invitaba “al pueblo de México” a asistir a la tradicional ceremonia que tendría lugar en el Zócalo de la Ciudad de México. También, previamente, AMLO había declarado que iba a gritar 20 vivas. Las especulaciones crecieron en torno a cuáles serían las innovaciones este 15 de septiembre por la noche.
AMLO aprovechó perfectamente la oportunidad que le brindó la ceremonia del Grito para mostrarse ante el mundo reivindicando los valores de la civilidad, el patriotismo y la democracia. Revisé con cuidado las redes sociales y fue impresionante la forma en la que se expresaron no solo sus fieles seguidores, sino algunos de sus más aguerridos detractores. Les quitó todas las banderas que preparaban para atacarlo. A algunos no les quedó otra más que reconocer que había tenido una actuación redonda.
Lo cierto es que envió un mensaje de unidad y puede ser un parteaguas de su administración que le permita gobernar sin tanta presión por parte de la comentocracia que se ha ido quedando sin argumentos y lo ataca solo de manera visceral. La gente se ha dado cuenta de ello. Un ejemplo: mi madre al ver en television la ceremonia, comentó: “Está haciendo mucho por la gente. A mi ya me llegó mi pensión que le agradezco mucho. Pero el PRI y el PAN lo siguen criticando. Y es muy buen presidente”. Mi madre tradicionalmente había votado por candidatos de ambos partidos. Hoy se ha operado un cambio en la forma de valorar a López Obrador.
¿Cuáles fueron las innovaciones en la ceremonia del Grito? En primer lugar, solo lo acompañó su esposa Beatriz Gutiérrez Müeller. A diferencia de las ceremonias anteriores donde se daba cita la “crema y nata” de la sociedad en los interioress de palacio, y que le hacían valla a la pareja presidencial, en esta ocasión todo lució sobrio. Solo estuvieron los miembros del gabinete y contados invitados en un salón adjunto. En segundo lugar, el atuendo del presidente y su esposa, fue sencillo y sin tanto vuelos. El vestido verde de la señora Gutiérrez Müller, fue una donación del diseñador mexicano Ángel Mussi. A diferencia de los atuendos usados por Angélica Rivera que fueron valuados en cientos de miles de pesos.
En las ceremonias anteriores, salían al balcón todos los hijos del presidente y su esposa. Se trataba de una típica representación imperial. Nada tienen que estar haciendo los vástagos presidenciales. En el último grito de Enrique Peña Nieto se calculó un gasto de 4.2 millones de pesos en la ropa de los seis hijos y de la pareja presidencial.
Desde luego que el plato fuerte fue el Grito en sí. Ante un Zócalo repleto donde se escuchaba nítidamente: “presidente, presidente, presidente” “Obrador, Obrador, Obrador”, “sí se pudo, sí se puedo” y “no estas solo, no estás solo”. Estuvieron ausentes en esta ocasión improperios contra el presidente, ni luces de láser en su cara. Había un ambiente festivo y de fuerte comunión. Los críticos dirán el día de mañana que eran puros fanáticos o acarreados. Pero lo cierto es que tampoco hubo arcos de seguridad ni revisiones a la gente. AMLO gritó efectivamente 20 vivas. Muchos pensaban que incluiría un viva a la 4ta. transformación; pero no lo hizo.
Además de la referencias clásicas, introdujo: “Vivan las madres y los padres de nuestra patria, vivan los héroes anónimos, viva el heróico pueblo de México, vivan las comunidades indígenas, viva la libertad, viva la justicia, viva la democracia, viva nuestra soberanía, viva la fraternidad universal, viva la paz, viva la grandeza cultural de México”. Sin duda, por la emotividad, la entrega popular, la sobriedad y la fuerza de las palabras de AMLO, este grito marca un hito en la historia de las ceremonias cívicas en México y puede ser ya el anuncio de una nueva época. Esperamos que así sea.
Dr. Víctor Alejandro Espinoza
El Colegio de la Frontera Norte