Han terminado las primeras dos semanas de campaña en Baja California. ¿Qué tenemos en el primer corte quincenal de caja? Poco, aparentemente. Sobre todo los spots de los candidatos a la gubernatura y a las alcaldías. Con excepción de dos sondeos de arranque, no se han hecho públicas encuestas que nos indiquen cómo se están moviendo las preferencias. El arranque ha sido como un prolongado «round de tanteo», según se acostumbra en las peleas de box.
Ya tenemos también guerra sucia en las redes, aunque hay que decirlo que todavía, por fortuna, de baja intensidad. Sin embargo, al parecer los estrategas panistas decidieron empezar también la guerra por otras vías, por ejemplo, hablando por teléfono en la madrugada y diciendo que lo hacían a nombre del candidato del PRI. La respuesta priista para el control de daños fue inmediata: evidenció de donde provenía dicha estrategia.
Por obvias razones, los candidatos a la gubernatura son los más visibles en los medios de comunicación y en los espectaculares. Me llama mucho la atención la utilización intensiva de estos últimos; seguramente quienes los alquilan están haciendo su agosto; ante la imposibilidad de tapizar la ciudad como antaño, la publicidad se limita a los espacios otorgados por los ayuntamientos o a la renta de los particulares. Me temo que la supervisión del gasto en la materia brilla por su ausencia. Ya veremos como fiscaliza los gastos de los partidos el órgano electoral.
De los candidatos a diputados empezamos a conocer algunas de sus actividades a través de la prensa escrita pero de manera muy marginal; esto es parte de las características de los cargos en disputa. Las de gobernador y alcaldes son más personalizadas; se centran en la figura de los candidatos, de sus trayectorias, filias y fobias, así como de su pasado. En cambio, en las campañas de diputados, los candidatos se diluyen: en este momento tenemos 51 candidatos al Congreso, tres por cada uno de los 17 distritos electorales. Es común que los ciudadanos no tengan ni idea de quienes son los candidatos de su distrito; es más, ni siquiera de cuál les corresponde. Usted mismo puede hacer el ejercicio: pídale a su vecino(a) que le mencione el número de distrito y al menos un par de candidatos. Además todo se agrava, porque el número de distritos no corresponde de elección a elección, es decir, para los comicios federales la población de nuestra entidad se divide en 8 y para los estatales en 17.
En general es muy complicado para el ciudadano poder diferenciar las ofertas entre tanto candidato. Sobre todo por la forma en como están diseñadas las campañas; basadas en spots, en páginas de diarios o en algunas lonas y mamparas a lo largo de las ciudades. Se escogen las frases que los mercadólogos de cabecera consideran como las más acertadas para sintetizar la oferta. Dichas frases se convierten en el slogan de campaña, por ejemplo: «Trabajo para ti», de Fernando Castro Trenti, el candidato de la alianza Compromiso por Baja California (PRI/PVEM/PT/PES) y «Para gobernar contigo» de Francisco Kiko Vega, abanderado de la alianza Unidos por Baja California (PAN/PRD/PANAL/PEBC). Claro que lo ideal sería que no nos abrumara la llamada «espotización», pero así están diseñadas las campañas en la actualidad.
Considero que esto se va a animar cuando tengan lugar los debates entre los candidatos a la gubernatura. Al menos dos de ellos se han confirmado y serán organizados por el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana y la COPARMEX; pero se habla de dos o tres más, a los que asistirían sólo Fernando Castro Trenti y Felipe Ruanova (candidato de Movimiento Ciudadano). Desde luego que la atención se centrará en aquellos a los que asistan los tres candidatos. Hay grandes expectativas sobre todo por los antecedentes de cada uno de ellos: la gran capacidad discursiva de Fernando Castro Trenti; las limitaciones mostradas por Francisco Kiko Vega en el proceso interno del PAN y la enjundia de Felipe Ruanova. Sobre todo este último le pondrá la sal y la pimienta a los encuentros. Los debates pueden marcar la diferencia en el camino hacia la gubernatura. Hay ejemplos a nivel internacional de lo determinantes que pueden resultar los debates en la lucha por los votos. En ese contexto destaca la respuesta del candidato de la alianza Unidos por Baja California, el panista Francisco Kiko Vega de no asistir a los diferentes debates que tradicionalmente han sido convocados. Ha sostenido que la negativa proviene de su equipo de campaña, «pero que él si quería». Es probable que decidieron por el que consideraron el camino menos malo. Ya veremos el costo de esta apuesta. Pronto sabremos si las campañas suben de tono y de temperatura: el verano está en puerta.
