Transiciones: Gobernar Tuiteando

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Opinión de Victor Alejandro Espinoza Valle Investigador de El Colegio de la Frontera Norte

miércoles 1 de febrero de 2017

A los días de asumir el cargo como gobernador de Guanajuato, en junio de 1995, Vicente Fox anunciaba con orgullo que conforme a los nuevos tiempos, gobernaría ‘por teléfono”. Al parecer, su intención era no acudir a su oficina porque pensaba que lo mejor era andar “puebleando”. En realidad se trataba de una coartada de un personaje que llegó al poder con base en sus ocurrencias y recetas para “resolver” problemas en 15 minutos y no por sus capacidades reales para impulsar políticas públicas.
Vicente Fox era un populista de derecha que desdeñó trabajar con su gabinete: aborrecía leer los documentos que le preparaban sus asesores para las reuniones semanales con su equipo. Hablaba de la primera ocurrencia que se le venía a la cabeza. Ante ello, los miembros del gabinete decidieron que no tenía caso perder el tiempo y se suspendieron las reuniones. En adelante cada quien jalaba para donde podía, por eso le llamaron el “gabinete Montessori”. Fox se desbocó y se metió en muchos problemas; por eso terminó gobernando con su mujer, por eso se les conoció como la pareja presidencial. Se trató en realidad de un “estilo conyugal de gobernar”.
Nuestro Chente se queda corto comparado con Donald Trump. En 10 días ha causado un caos mundial con ese estilo tan particular y autoritario de gobernar. Chente era ocurrente, pero Donald no tiene punto de comparación. Tenemos esa sensación que debemos estar pendientes de las redes sociales para ver la nueva sorpresa que sale de su celular. Ha decidido gobernar tuiteando.
Donald Trump ha unido no sólo a los estadounidenses en su contra, sino a buena parte del concierto mundial. Sus órdenes ejecutivas han golpeado al corazón mismo del sistema político norteamericano: los inmigrantes; él mismo al parecer es hijo de una inmigrante escocesa y su mujer, Melania, es de Eslovenia. La riqueza del país vecino no podría explicarse sin la mano de obra que ha llegado de diversas partes del mundo. Nuestra diáspora, la mexicana, es la mayor del universo latino. Pero al parecer el presidente número 45 lo ignora.
En estos días ha firmado una serie de órdenes ejecutivas todas agresivas contra los inmigrantes: quitar fondos para ciudades santuario, deportación de personas con antecedentes penales, deportación directa sin derecho a cita para solicitar asilo humanitario; pero la más controversial y que ha causado de nuevo movilizaciones permanentes, ha sido la de prohibir la entrada de ciudadanos de 7 países musulmanes con residencia permanente en Estados Unidos: Irak, Irán, Siria, Sudán, Yemen, Libia y Somalia. Quienes salgan, no podrán regresar. La fiscal interina, Sally Yates, solicitó el veto temporal del decreto migratorio. Sin embargo, horas después el presidente Trump ordenó la destitución de la fiscal y el nombramiento de Dana Boente de manera temporal hasta que asuma el cargo de fiscal general, el ultraconservador Jeff Sessions.
El argumento hecho público para destituir a la fiscal Yates fue que “ha traicionado al Departamento de Justicia al negarse a aplicar una orden designada para proteger a los ciudadanos” (se entiende que a los estadounidenses) de las garras del terrorismo (http://internacional.elpais.com/internacional/2017/01/31/estados_unidos/1485824268_539940.html). Una orden que muchos residentes legales temen se extienda a los ciudadanos de otros países, por ejemplo de México y del resto de América Latina.
El Servicio Secreto acostumbra retirar los teléfonos inteligentes a los presidentes de Estados Unidos con la finalidad de que no se metan en problemas con sus mensajes. Donald Trump ha desdeñado la recomendación. Sigue tuiteando como si fuera candidato. Así lo seguirá haciendo, sin escuchar a nadie. Todos sus mensajes “van cargados” de odio hacia las minorías. Los primeros 100 días serán terribles y faltan 90. Todo dependerá de las reacciones de la sociedad estadounidense. Lo dicho, Chente parece inofensivo al lado de Trump.

Victor Alejandro Espinoza Valle
El Colegio de la Frontera Norte