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Concuerdo con Diego Valadés cuando afirma que “El juego retórico de la antipolítica ha generado una corriente de opinión cada vez más adversa a los partidos. Sin duda son muchos los problemas que los afectan, pero la solución no está, como afirma un gobernador, en ‘jubilar a los partidos’, sino en fortalecerlos como órganos de la democracia”. Además, Valadés sostiene: “El número de partidos no afecta a las democracias. En el Congreso brasileño están presentes 28 partidos; en el colombiano, 15; en el chileno, 12. En los sistemas parlamentarios, donde el gobierno depende de la composición de la asamblea, sucede lo mismo: en el congreso de España hay diputados de 20 partidos; en el parlamento italiano figuran 9 partidos, pero en las elecciones participaron 46; en Alemania están presentes 5, aunque a las elecciones concurrieron 24”. (¿Jubilar a los partidos?, Reforma, 8/12/2015, http://www.reforma.com).
Dicho lo anterior, me pregunto si se debe aplicar con rigor la ley con el riesgo de que mediante ese ejercicio algún partido pueda perder su registro. Y la respuesta es afirmativa. Eso mismo fue lo que concluyó el Consejo General del Instituto Nacional Electoral el 7 de junio pasado cuando ratificó la decisión de la Junta General Ejecutiva de la misma institución de disolver al Partido del Trabajo. ¿Cuál fue la base jurídica de la decisión? Lo que establece el art. 94 de la Ley General de Partidos Políticos: “No obtener en la elección ordinaria inmediata anterior, por lo menos el tres por ciento de la votación válida emitida”. (Diario Oficial de la Federación, 15 de mayo de 2014).
En la elección del 7 de junio de 2015 el PT obtuvo 1 millón 134 mil 447 votos, ello equivale al 2.84 por ciento del total de la votación; se habla de que le faltaron aproximadamente 5 mil votos para alcanzar el 3 por ciento requerido para refrendar su registro. Lo interesante es que era la segunda ocasión en que el PT perdía el registro. Fundado el 8 de diciembre de 1990, en su primera elección federal en la que participaba (1991) no alcanzó el porcentaje establecido. El 13 de enero de 1992 obtuvo de nuevo su registro condicionado y lo refrendó en la elección presidencial de 1994, llevando como candidata a la sonorense Cecilia Soto.
Ante la decisión del Consejo General del INE, la directiva del PT interpuso un recurso ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF). La Sala Superior decidió que era “inconstitucional” que la pérdida de registro se refiriera a elecciones “ordinarias” y debía ser solo referido a “elecciones”; con ello se permitió que participara en la elección extraordinaria del pasado 6 de diciembre en el distrito I de Aguascalientes. Aunque todavía no es oficial, todo indica que después de los cómputos distritales del miércoles 9 de diciembre, y de no existir recursos legales, estaremos asistiendo al segundo nacimiento del PT.
La semana anterior, el 2 de diciembre, el Consejo General del Instituto Estatal Electoral de Baja California había decidido declarar improcedente la petición del PT para participar en el actual proceso electoral. El Consejo General se amparó en lo que establece el Artículo 95, fracción 5 de la Ley General de Partidos Políticos: “Si un partido político nacional pierde su registro por no haber alcanzado el porcentaje mínimo de votación en el último proceso electoral ordinario federal, podrá optar por el registro como partido político local en la o las entidades federativas en cuya elección inmediata anterior hubiera obtenido por lo menos el tres por ciento de la votación válida emitida y hubiere postulado candidatos propios en al menos la mitad de los municipios y distritos, condición con la cual se le tendrá por cumplido y acreditado el requisito del número mínimo de militantes con que debe contar, establecido en el artículo 10, párrafo 2, inciso c), de esta ley”. A juicio de las autoridades electorales locales, el PT no cumplió con ninguno de los dos requisitos anteriores.
Desde luego que la recuperación del registro como partido político nacional, requiere dar marcha atrás a la decisión del órgano local. Participaría como el partido número 12 en los comicios locales. El PT ha resurgido de sus cenizas; sería difícil que hubiera una tercera oportunidad; aunque en nuestro país todo puede suceder.
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