Transiciones | Carafea, docente y migrante circular

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Opinión de Rodrigo Martínez Sandoval de El Colegio de la Frontera Norte

jueves 27 de abril de 2023

*** Las opiniones expresadas son responsabilidad de quien las emite y no reflejan necesariamente una postura institucional de El Colegio de la Frontera Norte. ***

El fenómeno migratorio ha dado a luz, desde siempre, historias de vida conmovedoras, cuyo relato dejan enseñanzas aleccionadoras. Tal es el caso de Carafea, quien a temprana edad se vio arrastrado por la pobreza que empujó a su familia a emigrar desde San Julián en Los Altos de Jalisco hasta El Indiviso en el Valle de Mexicali en 1957, cuando él tenía nueve años de edad. 

     Carafea es el título de una novela autobiográfica escrita por José Refugio Valadez Gutiérrez, profesor jubilado del sistema de educación pública federal. El autor utiliza la técnica literaria del narrador omnisciente en tercera persona, quien nos va guiando por las etapas de la vida de Carafea. Así vemos cómo su familia, igual que innumerables familias en la historia de las migraciones del centro y sur de México a los estados del norte y a Estados Unidos, se ve forzada por un sistema social injusto a dejar su comunidad y abandonar sus raíces.  La familia de Carafea emigró en busca de mejores condiciones de vida, guiada por las expectativas de Don Rafa, el papá de Carafea, de ser el dueño de la tierra en que se trabaja; su mira era obtener una parcela ejidal en El Indiviso, ubicado en el extremo sur del Valle de Mexicali.  

     El libro describe las peripecias en la vida de Carafea: desde su niñez en San Julián, donde tuvo que trabajar a esa temprana edad en las labores del campo para ayudar a su padre y a sus hermanos en la manutención de la familia; la emigración de su familia a Baja California; su lucha y determinación invariable como estudiante por forjarse una carrera de profesor, hasta lograr sus expectativas como docente en las aulas del sistema educativo federal en Oaxaca, Querétaro, Estado de México y Baja California. 

     El niño que inmigró a Baja California, gracias a su tesón y esfuerzos extraordinarios personales (trabajó para costear sus estudios en la Escuela Normal por cooperación de Ensenada, al no ser  admitido en las instituciones públicas de Mexicali), ya convertido en un joven profesional de la docencia, y ante la “falta de plazas” en Baja California, tuvo la fortuna de que le asignaran una en la tierra de Benito Juárez García, por lo que emigró al hermoso estado de Oaxaca para ofrecer sus servicios docentes en una escuela rural de la Mixteca Alta. Carafea llegó a esa región todavía convaleciente de una mortal pulmonía que había padecido en Ensenada, producto de condiciones de penuria y escasa alimentación. En la Mixteca Alta apreció la riqueza cultural de comunidades inmersas en la pobreza deshumanizante. Su entrega pedagógica en aquel entorno fortaleció su convicción de que la educación es un instrumento fundamental de liberación. 

     La vocación pedagógica de Carafea enfrentó nuevos retos al ser enviado por el sistema educativo federal a la comunidad de Sombrerete en Querétaro. Aquí tuvo la posibilidad de familiarizarse con las comunidades otomíes, como lo hizo antes con los mixtecos, forjadores de una de las civilizaciones más destacadas de Mesoamérica.  La entrega de Carafea a su misión educadora y su dedicación constante a la alfabetización de personas adultas durante los sábados y domingos, que debieran ser para su descanso, derribó barreras y recelos contra el profesor foráneo, logrando el joven educador el ascenso a director de escuela y otras tareas de gestión educativa y de supervisión en Querétaro, Guanajuato y Estado de México.

     Esa experiencia no estuvo carente de enfrentamientos por envidia y por intereses amañados, situación que lo preparó para su desempeño como docente y directivo escolar en Tijuana a donde inmigró para cerrar el círculo de sus andares pedagógicos y donde tuvo fuertes conflictos con personas del magisterio que no abrazaban su fervor docente. Los intereses creados de camarillas enquistadas de la burocracia del SNTE estaban muy alejados de su convicción invariable de educar para liberar, como lo planteó sabiamente el pedagogo brasileño Paulo Freire. 

Finalmente, ¿Por qué el título de esta novela autobiogáfica es “Carafea”?    La respuesta la encontrarán los lectores inquisitivos en las intimidades familiares que se relatan en el libro.*       

Rodrigo Martínez Sandoval

Secretario General de Vinculación y Desarrollo Institucional, El Colegio de la Frontera Norte,

*José Refugio Valadez Gutiérrez, Carafea. Tijuana: Ediciones ILCSA, 2023.