A la memoria de Rafael Vela González, querido colega
El proceso electoral que arrancó formalmente el 8 de septiembre del año pasado, tendrá su corolario el 1 de julio próximo. La presente elección no tiene precedentes. Parecería un lugar común al que nos referimos cada tres o seis años. Sin embargo, considero que la distingue el mayor nivel de incertidumbre sobre los resultados en la disputa presidencial. Ni siquiera en 2006 se percibía ese malestar ciudadano que demanda un cambio; pero no sólo respecto al partido que gobierna, sino que vaya más allá de los resultados estrictos, es decir, que permita la transformación del régimen político. Es difícil que los ciudadanos logren trascender el discurso de indignación y formalizar este tipo de propuestas, pero los actores políticos deberían ser verdaderas correas de transmisión. Tampoco la mayoría lo tiene claro, y quien lo llega a manifestar es más bien a nivel discursivo.
Como sabemos, actualmente nos encontramos en la llamada etapa de precampañas, misma que inició el 14 de diciembre y que habrá de concluir el próximo 11 de febrero. Y donde aparentemente los precandidatos buscan el voto de la militancia de sus partidos para convertirse en candidatos. Me parece que ya debemos transitar a un modelo de elecciones primarias, porque las precandidaturas únicas sólo son candidaturas anticipadas, debido a la absurda decisión del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación de permitirlo. Entre el 15 de enero y el 15 de febrero, partidos políticos y coaliciones deberán registrar sus plataformas electorales, mediante las cuales podremos acercarnos a lo que nos proponen.
Formalmente las campañas arrancan el 30 de marzo y concluirán el 27 de junio. Serán tres meses intensos en los que seremos bombardeados por millones de spots en radio y televisión (26 millones, 879 mil, 040 solo en los 90 días), periodo en el que jugarán un papel de primer orden las redes sociales. Si ya en 2012 los mensajes y la comunicación horizontal ciudadana jugaron un papel fundamental, en esta ocasión el número de usuarios ha crecido exponencialmente. Seremos testigos de una y mil historias (verdaderas y falsas) que incidirán directamente en el ánimo colectivo.
Al corte del 15 de diciembre, la Lista Nominal de potenciales electores sumaba ya 87 millones 879 mil 838. De ellos, el 51.86% son mujeres (45 millones, 573 mil 260) y el 48.14% hombres (42 millones 306 mil 578). Es decir, las mujeres superan en casi 3 millones a los hombres. El grupo de edad mayoritario es el que se sitúa entre los 18 y los 29 años de edad, sumando un 29.25%, es decir, la tercera parte de la lista nominal lo componen los jóvenes. Pero el grupo se incrementa en 10.9% si agregamos al resto de los llamados millennials (hasta los 34 años), alcanzando casi el 40% de votantes potenciales a los que sin duda los candidatos habrán de recurrir para alcanzar la victoria.
Por cierto, en esta elección se encuentran en juego 3447 cargos públicos, incluyendo alcaldías gobernadas por usos y costumbres y diputados y senadores de representación proporcional. Los cargos federales son, además del de presidente de la República, 300 diputados de mayoría relativa (MR), 200 de representación proporcional (RP), 64 senadores de MR, 32 de RP y 32 de primera minoría. Sumando en total 629 puestos federales. El resto, 2818 son cargos estatales y municipales.
Se trata de la mayor elección concurrente de la historia: salvo Baja California y Nayarit, en las 30 entidades restantes coinciden elecciones locales y federales. Por si fuera poco, habrá también 7 elecciones para gobernador desde el exterior, el mayor número de elecciones coincidentes en las que participarán los mexicanos de fuera.
Los retos del proceso electoral son enormes para los órganos electorales federales y locales. Pero la responsabilidad mayor considero que es de los partidos políticos y de los ciudadanos. Deberemos exigirles a los candidatos que cumplan lo que nos prometieron en campaña y nosotros, los ciudadanos, participar. Un binomio mínimo para una democracia política.
Dr. Víctor Alejandro Espinoza
El Colegio de la Frontera Norte