Transiciones. Al inicio

Regresar a Columnas de opinión

Opinión de Víctor Alejandro Espinoza Valle Profesor-Investigador del Colegio de la Frontera Norte de El Colegio de la Frontera Norte

jueves 2 de mayo de 2013

A las 0 horas con 1 minuto del jueves 25 arrancaron las campañas electorales en Baja California. Por espacio de más de dos meses, hasta el 3 de julio, seremos testigos de una frenética actividad política. Se disputarán la gubernatura, las cinco alcaldías y las 25 diputaciones. Tenemos candidatos postulados por dos alianzas y un partido político.

Desde luego que la elección del máximo cargo de representación atrae las miradas: una gubernatura que se encuentra en manos del Partido Acción Nacional desde 1989. Durante 4 elecciones consecutivas el PAN ha refrendado su triunfo. Casi un cuarto de siglo siendo gobierno; la alternancia más longeva de nuestra historia política.

Un total de 2 millones 360 mil ciudadanos bajacalifornianos son los votantes potenciales. De ese universo el 49.75% son mujeres y 50.24% hombres. Los votantes que se ubican en el rango entre los 18 y 29 años representan el 29% de la lista nominal. Los jóvenes podrán jugar un papel preponderante en estas elecciones, que serán las primeras locales que tendrán una fuerte presencia de redes sociales. Un fenómeno que el año pasado vivimos en la elección presidencial y que está en la base de la explicación de la alta participación y el abatimiento del abstencionismo.

La baja participación ha sido una constante en la historia de Baja California. En la elección comparable a la actual, 2007, el 57.41% de los potenciales votantes se abstuvieron, pero en la siguiente, la intermedia federal de 2009, la abstención se elevó hasta el 69.43% y en la intermedia local de 2010 se registró un 68.1%.

Considero que hay condiciones para superar ese 42.59% de participación de 2007. Los jóvenes y las mujeres pueden ser la diferencia. Esperamos que así sea.

Desde 1989 cuando triunfó el panista Ernesto Ruffo Appel, un candidato priista a la gubernatura no arrancaba la campaña presidencial en empate técnico o con ventaja respecto al candidato del partido en el poder. Los sondeos que hasta hoy conocemos así lo muestran.

Baja California es una entidad bipartidista: en la elección de gobernador de 2007, PAN y PRI concentraron el 94.43% del total de votos. José Guadalupe Osuna Millán triunfó con el 50.37% de las preferencias sobre el candidato de la alianza encabezada por el PRI, Jorge Hank Rhon quien obtuvo el 44.06% de los sufragios: una diferencia a favor del ganador del 6.31%.

Hoy a diferencia de aquel año cuando no estaban prohibidas las campañas negativas, la Constitución federal y local sí lo hacen. Las veremos en las redes sociales; aunque saldrá a la superficie si los partidos consideran que los costos de utilizarlas son menores que los resultados. Normalmente las campañas negativas las echan a andar quienes se sienten abajo en las preferencias electorales. Se trata de una medida desesperada por igualar y superar al adversario. Hay atisbos de que pese a la prohibición están dispuestos a correr el riesgo.

Sin embargo, considero que ganará las simpatías quien pueda articular las mejores propuestas y sobre todo las factibles y quien no caiga en la trampa de responder a la guerra sucia. Los ciudadanos quieren escuchar que hay alternativas a sus problemas ingentes. Quieren tener esperanza en un mejor presente y futuro. Los candidatos deberían apuntar hacia allá sus miras. Ya pronto lo estaremos viendo.

 

 

Reconocimiento:

En días recientes, el Senado de la República designó a la Junta de Gobierno del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación. Los cinco miembros del órgano de gobierno son: Margarita Zorrilla, Teresa Bracho, Silvia Schmelkes, Gilberto Guevara Niebla y Eduardo Backoff Escudero. Todos destacados investigadores y reconocidos especialistas en educación. Eduardo Backoff Escudero es investigador de la UABC y ha sido un activo y valiente académico que ha defendido las mejores causas de la universidad. Espero que a la brevedad la UABC tenga el tino de reconocer públicamente a uno de sus mejores investigadores.

Loading