Transiciones: 16 años

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Opinión de Víctor Alejandro Espinoza Valle profesor-investigador de El Colegio de la Frontera Norte

miércoles 18 de febrero de 2015

El próximo 29 de julio se cumplen 16 años del inicio de mi participación como editorialista de esta casa. Un total de 814 artículos, más algunas otras publicaciones especiales, se han ido sumando a esta tarea y responsabilidad semanal. No es asunto menor ser editorialista de un medio de comunicación; no es lo mismo una charla de café que exponerse al escrutinio social. Sobre todo los académicos que no somos muy afectos a asumir el compromiso de compartir nuestras cavilaciones personales. En parte por el temor a la crítica, disfrazada bajo el argumento de no hacer elucubraciones sin la investigación empírica de referencia; somos reacios a conceder un espacio a la subjetividad, al atrevimiento intelectual y a asumir un compromiso social o político.

En el verano de 1999 durante un evento en El Colegio de la Frontera Norte tuve la fortuna de conocer a Víctor Magdaleno, editor y miembro del equipo pionero del nuevo proyecto periodístico. En realidad se acercó y sin mucho preámbulo me invitó a sumarme al equipo de editorialistas locales del nuevo diario Frontera. Sin pensarlo mucho acepté y convenimos que a los pocos días, el jueves 29 de julio de 1999, aparecería mi primera columna. Decidí titularla “Transiciones”.

En ese primer editorial escribí: “En estos tiempos de cambio desde este espacio se pretenden abordar los temas más importantes de la coyuntura social y política local, estatal o nacional. En términos más precisos se aspira a una suerte de mirador político regional que analice las múltiples transiciones que vivimos en los últimos años”. Desde esta columna reflexione sobre los procesos electorales federales de los años 2000-2012; revisé tres elecciones presidenciales (2000, 2006 y 2012) y dos elecciones intermedias (2003 y 2009). Pero también tres comicios de gobernador y dos elecciones locales intermedias. En total, seguí diez procesos electorales federales y estatales. Cada uno con características particulares, en coyunturas distintas y con recursos diferenciados. Traté de ser testigo y darle sentido reflexivo a la larga e inacabada transición política mexicana.

Uno de los retos más importantes y difíciles del análisis político es traducir de manera sencilla para el lector el momento por el que atravesamos. No es fácil. El público es heterogéneo y con formaciones distantes. ¿Cómo hacer para transmitir los datos y reflexiones sobre la realidad que se traduzcan en opinión pública? ¿Cómo influir en la cultura política desde una modesta tribuna regional? Los propios lectores fueron mi termómetro; hubo quien semana a semana opinó sobre mi trabajo. Recuerdo en especial a un amigo, médico, que inevitablemente calificaba mi artículo y sentenciaba: “cuando no metes datos electorales y opinas críticamente me gustan tus editoriales”.

Hoy he decidido poner fin a este ciclo periodístico. Me despido de mis lectores y de esta casa editorial a través de esta columna, la número 814. No ha sido una decisión sencilla. Son más de tres lustros con el compromiso de dar la cara cada semana. Me voy sumamente agradecido con los directivos de esta empresa editorial; con mis compañeros editorialistas y con el personal administrativo. Debo dejar sentado que en todo ese tiempo nunca recibí algún mensaje, insinuación u orden de censura por el contenido de mis columnas. Hubo total respeto a mis opiniones. Eso habla bien de nuestro diario. Muchas gracias a Frontera y a La Crónica y en especial a Ana Cecilia Ramírez, subdirectora editorial, por comprender y aceptar mi decisión de poner fin a esta etapa profesional. Como diría el clásico: “Muy agradecido, muy agradecido y muy agradecido”.

-Dr. Víctor Alejandro Espinoza Valle, profesor-investigador del Departamento de Estudios de Administración Pública.