Tierra y Libertad, 40 años después

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Opinión de Socorro Arzaluz Solano Investigadora del Departamento de Administración Públic de El Colegio de la Frontera Norte

miércoles 10 de abril de 2013

Hace algunas décadas, los movimientos sociales urbanos eran vistos como aquellas luchas reivindicativas que transformarían al Estado, en éstas, las clases subordinadas realizarían la toma del poder y desde ahí se emprendería el cambio social. Bajo esta premisa surgieron en México algunos grupos en varias ciudades importantes del país: Torreón, Chihuahua, Durango, Monterrey y en el Distrito Federal. Éstos tenían varios elementos en común: una ideología marxista, la invasión como método de lucha, oposición al régimen, conformación mayoritaria de mujeres y relación con movimientos estudiantiles. Uno de estos grupos protagonizó en Monterrey un movimiento que incluso fue reconocido a nivel internacional, se trata del Frente Popular Tierra y Libertad, que esta semana cumplió 40 años de su surgimiento. Se trata de una zona de la que algunos jamás han escuchado y que muy pocos han visitado.

A esta organización se le dedicaron estudios completos e incluso hay un documental poco conocido que se realizó en el lugar. Lo que sorprendió a muchos en su momento fue que en una ciudad eminentemente empresarial y conservadora, una organización de tales características lograra desafiar al régimen. Fue tal la fama de Tierra y Libertad, que uno de los sociólogos más importantes del momento, Manuel Castells, realizó una visita al lugar y escribió sobre el tema, refirió que los integrantes del FPTyL: “Querían ligar las acciones de los colonos a una tendencia colectiva, orientada en el largo plazo a una transformación revolucionaria de la sociedad” (Castells, Manuel, Capital multinacional, estados nacionales y comunidades locales, Siglo XXI, 1981, p. 113).

Pero a 40 años de distancia, ¿cuál es el balance?, ¿qué ha sido del movimiento?, ¿qué se logró?, son preguntas cuya respuesta nos expone dos situaciones completamente diferentes. La organización se dividió en su momento y una parte se transformó en un partido político (PT), la otra, la AC Tierra y Libertad existe aún como una organización de asesoría a colonos de diferentes partes de la zona metropolitana de Monterrey.

Los dos grupos coexisten en el espacio, sin conflicto, ya que uno está más ligado al poder político, sus dirigentes ya no habitan el lugar y muchas de las mujeres, protagonistas de la lucha de hace 40 años, conducen ahora una serie de actividades en esta zona de Monterrey.

La otra parte de la organización sobrevive fiel a su ideología marxista, actuando discretamente y apareciendo en público cuando lo considera necesario, con el único interés de continuar luchando en favor de quienes acuden a ellos.

Se conocen pocos casos de movimientos sociales que hayan perdurado en el tiempo, la historia siempre ejemplifica con rompimientos y conflictos, por lo que resulta loable que esta corriente perdure, aun cuando tiene todo en contra. Esta es una historia que aún falta por escribirse, como muchas otras en Monterrey.