Tiempos de guerra, globos espías y crisis multisistémica

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Opinión de Guillermo Alonso Meneses Investigador de El Colegio de la Frontera Norte

jueves 23 de febrero de 2023

Mafalda, lúcida protagonista de viñetas que sintetizan sabiduría, creada por el argentino Quino, condensó el desconcierto que produce el sinsentido del mundo en que vivimos, cuando preguntó. “Papá, ¿podrías explicarme por qué funciona tan mal el mundo?”. La pregunta aplica tanto si atendemos a lo que está ocurriendo en las últimas horas o días como en los últimos años o milenios. Especialmente ahora que se cumple un año de la guerra en Ucrania desatada por la monstruosidad imbécil del dictador Putin.

Y es que, efectivamente, produce estupor ver las víctimas de una guerra en pleno corazón de Europa, que está produciendo una crisis económica que afecta al bienestar de miles de millones de personas en el mundo que no acaban de darse un respiro en sus extenuantes vidas. El conflicto parece enquistado cuando al día se disparan decenas de miles de proyectiles. Paradójicamente, Rusia, con un arsenal de más de 5000 bombas atómicas no es capaz de demostrar su superioridad militar y necesita apoyarse en los mercenarios del grupo Wagner, que a su vez tuvo que reclutar en las cárceles rusas a combatientes, especialmente aquellas mentes criminales con largas condenas, que han decidido cambiar los barrotes de la cárcel para jugar a la ruleta rusa. Es decir, para adentrarse en esa trituradora de carne humana que son los campos de batalla del Dombás ucraniano. 

Esta guerra está haciendo aflorar tanto el ingenio que desata la adrenalina ante situaciones límites como la miseria más nauseabunda del ser humano. Los ucranianos “canibalizan” las piezas de los vehículos y tanques rusos yonkeados para rescatar piezas y refacciones, o para ensamblar “nuevos” vehículos. Los rusos hacen un uso intensivo de drones kamikazes “low cost” de fabricación iraní o bien dilapidan misiles crucero para bombardear a civiles. Sorprendentemente la guerra electrónica y cibernética se ha mantenido en tablas; los hackers ucranianos han estado a la altura de los rusos. Y mientras los tanques soviéticos de última generación no han dejado huella, Ucrania recibirá Leopards 1 y 2 de fabricación alemana que, además de los problemas logísticos que suponen ante la necesidad de formar a tripulaciones y mecánicos o adoptar munición de la OTAN incompatible con la de la era soviética, ha puesto en la agenda de la Unión Europea el rearme de la región con fábricas propias. 

Pero, por si la guerra en Europa no fuera suficiente, semanas atrás apareció un globo espía, según el gobierno estadounidense, de fabricación China que no había sido detectado. Para derribarlo utilizaron un misil de 400 mil dólares, cuando con un par de balas habría bastado. Este incidente tensó las relaciones entre la R.P. de China y los Estados Unidos. Días después aparecieron y fueron derribados sobre Canadá y Estados Unidos otros tres globos que resultaron tener un uso comercial o meteorológico. La situación llegó a ser tan delirante que un militar estadounidense de alto rango llegó incluso a hablar de OVNIS. 

La imagen radiográfica de lo acontecido últimamente en el mundo es inquietante, porque entre tanto imbécil tomando decisiones y tanta información absurda dada a modo de respuesta, este mundo no es un lugar seguro. Aunque hace dos días Joe Biden se paseaba por Kiev bajo el sonido de las alarmas antiaéreas. Previamente habían avisado a Putin para que no bombardeara. Entre bueyes o güeyes no hay cornadas. Tal vez por eso, Kamala Harris denunciaba crímenes de lesa humanidad perpetrados por la Rusia de Putin. 

Alguien podría explicarnos ¿por qué funciona tan mal el mundo? El tango de Discépolo titulado Cambalache lo explica.

Dr. Guillermo Alonso Meneses

El Colegio de la Frontera Norte