Sororidad como movimiento político

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Opinión de Martha del Carmen González Reyes Investigadora de El Colegio de la Frontera Norte

jueves 16 de marzo de 2023

Desde hace ya varios años se ha venido utilizando el término Sororidad para identificar el movimiento feminista de apoyarnos entre nosotras. Todas hemos vivido en algún momento de nuestras vidas situaciones de acoso, hostigamiento, violencia, discriminación, estereotipos y un largo y doloroso etcétera. 

Hemos aprendido, por las malas, qué solas nos enfrentamos a una lucha constante que cansa y desgasta, que no solo nosotras hemos vivido. Cuando caemos en la cuenta que cada mujer que aspira a algún tipo de reconocimiento en el rol que ejerza, sea cual sea su ámbito, se enfrenta a las mismas trabas, a los mismos comentarios, a la misma trampa estereotipada, es cuando no vemos a una desconocida vemos a una hermana.

Es por eso que empleamos el término Sororidad para reflejarnos en la batalla de nuestras hermanas, porque la palabra Sororidad significa precisamente eso; hermandad. 

El feminismo de los últimos años retoma este concepto para unificar la lucha de las mujeres con respecto a la igualdad de género, el machismo y el patriarcado que, como bien se sabe, abarca casi todos los ámbitos políticos y sociales. Es por ello que el concepto Sororidad hace referencia a la solidaridad de las mujeres que luchamos unidas contra el patriarcado. 

Sororidad hace referencia a romper este viejo adagio, machista, por supuesto, que reza que no hay peor enemiga de una mujer que otra mujer. Yo ni siquiera me imagino ser violada, ser atacada con ácido, ser apuñalada, mutilada o desaparecida por otra mujer.  Yo no cambiaría de acera si frente a mí camina otra mujer, por más obscura que esté la calle. Yo no concibo que una mujer espere que pague la cena, que me invitó, con mi cuerpo. Yo jamás pensaría que una “amiga” no se interese en lo que pienso o lo que soy sino solo en mi cuerpo.  

Sin embargo, la Sororidad no es ciega y absoluta, no le debo ninguna Sororidad a aquella mujer que con toda intención busca dañarme, humillarme o minimizarme. El machismo, lamentablemente, es un monstruo que también está presente en muchas mujeres. Hablar de Sororidad absoluta convertiría el movimiento en un dogma, en una creencia ciega y a veces irracional, como los estereotipos a los que nos enfrentamos y que queremos romper.

Volviendo al tema, el punto principal es convertir a la Sororidad en un movimiento político, dejando de lado las cuestiones personales. Podrá caerte bien o mal tu jefa, tu maestra o tu vecina, eso queda rebasado. A quien elegimos como amigas es cuestión personal, pero Sororidad significa que a pesar de que te caiga bien o mal una mujer, entenderás las dificultades que tuvo que pasar o qué está pasando para llegar a donde está.

La Sororidad se vuelve un movimiento político cuando dejamos atrás filiales individuales y lo convertimos en un movimiento para visibilizar la lucha de la mujer en este sistema patriarcal desde cualquiera que sea el rol que ejerza. Nos volvemos Sororas cuando nos vemos reflejadas en la lucha de aquella mujer que está combatiendo al estado y las instituciones patriarcales que lo sostienen. 

Martha del Carmen González Reyes

Estudiante de la Maestría en Desarrollo Regional. El Colegio de la Frontera Norte