Singularidades fronterizas mexicanas (20): las islas del río Bravo

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Opinión de Xavier Oliveras González Investigador de El Colegio de la Frontera Norte

lunes 23 de junio de 2025

En la anterior columna hablé de la isla Frontón, una isla en el río Bravo que inicialmente estaba bajo soberanía mexicana pero que en 1970 pasó a ser estadounidense. No se trata de la única isla en el Bravo, sino que existen centenares, si bien la mayoría son pequeñas (menos de 1 hectárea) y carecen de nombre.

La formación y desaparición de estas islas depende, como ya he mencionado en otras ocasiones, de la dinámica fluvial. Eso implica que sus dimensiones, forma, localización y permanencia cambie constantemente, a veces de forma abrupta y otras más lentamente. Así, tras una crecida, puede aparecer una isla ahí dónde no la había; o, al revés, ahí dónde había una, ahora puede ya no estar. Su estabilidad depende en gran medida de la vegetación que colonice y cubra su superficie, lo que las protege de la erosión fluvial.

Los procesos a través de los cuales se forman y desaparecen las islas fluviales son, de manera simplificada, dos. Primero, por la acumulación de sedimentos en medio del cauce del río, a menudo tras una crecida o inundación. Se trata, en su mayoría, de islas pequeñas y semipermanentes, cuya existencia se limita al periodo entre crecida y crecida, lo que en el río Bravo se traduce en unos pocos meses o unos pocos años.

Segundo, por la abertura y cierre de canales en el cauce del río. Ahí donde hay un canal, el agua puede abrir un segundo, cortando una porción del terreno. Esa porción se convierte automáticamente en una isla, situada entre el canal viejo y el nuevo, como en el caso de la isla Frontón. Por el contrario, allí donde hay dos canales (y una isla entre ambos), uno de ellos se colmata por la acumulación de sedimentos, de forma que la isla quede unida a la orilla, dejando de ser, con ello, una isla. Ese fue el destino de la isla Sabinitos, que quedó unida al lado derecho del río (el mexicano) y hoy es todavía reconocible a un costado de la mancha urbana de Ciudad Miguel Alemán. Entre una situación y otra, además, el río ensancha y estrecha los canales, de forma que la isla queda situada más cerca o más lejos de una de las dos orillas.

Por todo ello, desde que la frontera quedó delimitada a mediados del siglo XIX, México y Estados Unidos han tenido que hacer frente a la adscripción de unas islas cambiantes, que ahora están y luego no, o que ahora están más cerca de un lado y luego, del opuesto. Así, ambos países han acordado cuestiones cómo a cuál pertenece una isla recién formada o, peor situación, una isla perteneciente a uno pero que queda unida al otro.

El criterio inicial fue mantener la delimitación original como frontera, independientemente de los cambios en el río. Esto implicaba que la soberanía sobre una isla no cambiaba con los cambios en el río y el terreno. Es decir, si en el momento de la delimitación una isla era mexicana, ésta continuaba siéndolo, aunque quedara unida a la orilla estadounidense. Sin embargo, esta solución provocó muchos quebraderos de cabeza, ya que la soberanía se mantenía formalmente, pero no materialmente.

Más de un siglo después, mediante el Tratado de Límites de 1970 ambos países acordaron reestablecer el canal del río Bravo como límite internacional. Esta decisión tuvo dos implicaciones. Primera, las islas de un país que habían quedado unidas a la orilla del otro, se transfirieron a la soberanía del otro. Así, se reconocieron como mexicanas 11 antiguas islas estadounidenses, y como estadounidenses 7 antiguas islas mexicanas. Segunda, todas las islas (301, de acuerdo al conteo de ese momento) se adscriben automáticamente a un país o al otro en función de su localización respecto a la línea media de canal, de forma que las que se ubican a la izquierda pasan a Estados Unidos, y las de la derecha, a México.

He dicho todas las islas, pero en el Tratado se acordó una excepción… La isla Morteritos / Beaver island, cerca de Cd. Miguel Alemán y Roma, se encuentra al lado izquierdo del canal, pero se cedió a México. En otra ocasión les explicaré por qué… así como por qué ahora Texas la reclama.

Xavier Oliveras González
El Colegio de la Frontera Norte, Unidad Matamoros
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Las opiniones expresadas son responsabilidad de quien las emite y no reflejan necesariamente una postura institucional de El Colegio de la Frontera Norte.

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