El año pasado escribí en este espacio sobre el aumento de la congestión vehicular en Tijuana, si bien este año no aumentó, tampoco mejoró. Con base en el informe sobre la congestión de la empresa INRIX (https://inrix.com/scorecard/) de este año, Tijuana está entre las 50 ciudades más congestionadas de las mil ciudades que la empresa reporta. Respecto a las 15 ciudades mexicanas, que se incluyen en el reporte, Tijuana es la tercera más congestionada del país. El año pasado fue la segunda, solo detrás de Ciudad de México y este año Guadalajara se llevó el segundo puesto por poco.
Recordemos que la congestión vehicular es el aumento del tiempo de traslado de los desplazamientos, este aumento se origina cuando la cantidad de autos excede la capacidad de la red vial. El reporte de INRIX incluye la cantidad de horas (en promedio) que se pierden anualmente en cada ciudad, debido a la congestión. Tijuana pierde 54 horas mientras que Guadalajara y Monterrey pierden 55 y 51 horas respectivamente.
Si se toma en cuenta que esas horas se calculan con base en los desplazamientos de la zona metropolitana, es sorprendente que la congestión de Tijuana sea tan parecida a la de Guadalajara y Monterrey, porque éstas tienen más de cinco millones de habitantes, mientras que Tijuana apenas rebasa los dos millones. Es decir, la congestión de Tijuana es equiparable con ciudades que le doblan el tamaño en población.
Sin embargo, cuando se comparan las distancias más largas que se recorren en el área urbana, que se toma de referencia para los viajes cotidianos, vuelven a surgir similitudes. En Tijuana son alrededor de 35 km, en Guadalajara 44 km y en Monterrey 40 km, si bien es menor la de Tijuana no es la mitad de las otras. Esta variable es una de las más importantes para explicar la congestión, esas distancias reflejan que los desplazamientos cotidianos, de las viviendas a los centros de trabajo, escuelas y esparcimiento son largos. A medida que aumenta la distancia también lo hace la necesidad de tener un vehículo particular para desplazarse en la ciudad.
A esas distancias se debe agregar que en las ciudades fronterizas hay más disponibilidad de vehículos usados a menor precio, lo que los vuelve más accesibles, generando más autos en las calles y excediendo la capacidad de las redes viales. La combinación de estas variables con un sistema de transporte público limitado da como resultado una movilidad cotidiana muy complicada, generado más congestión de la que debería, al menos por el tamaño de la población.
Ya se ha mostrado que la congestión es inevitable conforme una ciudad crece y que si bien los puentes, pasos a desnivel y obras como el viaducto elevado, que se construye actualmente en Tijuana, ayudan a reducir la congestión están lejos de solucionar el problema (https://doi.org/10.24201/edu.v39i3.2235). Por ello, es fundamental mejorar las mezclas de usos de suelo, lo cual reduce los viajes largos. A la par, se requiere mejorar la oferta del transporte público, de esta manera se incentiva la disminución del uso del automóvil.
En efecto, ya se ha mencionado en varias ocasiones que sin un sistema de transporte público de calidad y eficiente la gente es más propensa a buscar un automóvil para su movilidad cotidiana. Sí, además en algunos casos no solo es deficiente o de mediana calidad, sino inexistente, la única opción que tienen las personas es adquirir un vehículo. Hay colonias en Tijuana a las que no se puede llegar en transporte público, como las cercanas a la carretera escénica en el tramo Playas de Tijuana-Playas de Rosarito.
Aunque hay algunos avances, como la introducción de camiones en el Blvd. Agua Caliente, lo más importante es que se reactive el SIIT. Hay suficiente evidencia de que el BRT, como se les conoce a los sistemas de transporte con autobuses en carriles confinados y estaciones independientes, es una buena opción en varias ciudades alrededor del mundo y en particular de México, como los casos de León y Ciudad de México. No solo se reduce la congestión sino también mejora la calidad del aire y son más seguros para los usuarios.
A la fecha, no se tiene claro en qué situación se encuentra la reactivación del SITT que se anunció el año pasado. En ese momento se comentó que el proyecto pasaría a manos del gobierno estatal. Mientras tanto, se siguen viendo las estaciones del SIIT casi vacías (salvo eventos culturales) y los carriles confinados sin camiones.
Por supuesto, en el corto y mediano plazo será necesaria más infraestructura para el propio SITT, agregando otras líneas e integrándolo adecuadamente con el resto del sistema de transporte público de la ciudad. Además, retomar las propuestas de un tren o metro también son fundamentales para la visión de mediano y largo plazo de la ciudad, pero de inicio la reactivación del SIIT debería ser prioridad. Espero que en mi próxima colaboración en este espacio pueda hablar sobre las mejoras en la movilidad de la ciudad y sobre todo de un SITT renovado y funcionando como la ciudad lo requiere.
Juan Antonio Pichardo Corpus
El Colegio de la Frontera Norte, Departamento de Estudios Urbanos y del Medio Ambiente.
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