Durante el 2010 el Congreso estadunidense, bajo el liderazgo del presidente demócrata Barack Obama, impulso una reforma integral para el sistema de salud, denominada Patient Protection and Afforbable care Act. Esta regulación actualmente se está implementando y avanzará con fases sucesivas hacia el año 2014. La ley establece una serie de modificaciones dirigidas a prácticamente todos los actores de la industria médica en aquel país, desde las compañías proveedoras de seguro médico hasta los empleadores y los esquemas de calificación para programas públicos de cobertura como el Medicaid.
Este último es un programa dirigido al apoyo de familias de bajos ingresos, entre otros sectores, y es importante para la población de origen mexicano, principalmente para aquellos que viven en el estado de Texas, en regiones como el valle del Río Grande, región localizada en la frontera con México, en esta región la población de origen mexicano en promedio representa más del 90% de la población total, sin embargo, es también una las regiones más pobres en todo Estados Unidos y con importantes problemas de salud pública, con alta prevalencia en padecimientos crónico degenerativos entre la población de origen mexicano.
En este sentido, previsiblemente, el impacto positivo de esta ley sobre la población de origen mexicano, será en dos sentidos, primero: la ley flexibiliza los criterios de calificación referentes al nivel de ingreso necesario para acceder a los beneficios de programas públicos de seguro médico como el Medicaid.
Actualmente pueden calificar aquellos individuos con ingresos por debajo de la línea de pobreza federal, que es 11,170 dólares por año para un individuo o aprox. 142,976 pesos. Sin embargo, la modificación ahora permitirá calificar a aquellos con ingresos de hasta 133% del ingreso de la línea federal de pobreza, lo que implica por ejemplo que un individuo con ingreso de 14,856 dólares lo que equivale a 190,158.08 pesos podrá obtener este beneficio.
En segundo lugar, se establecen modificaciones sobre el acceso a seguro médico con un proveedor privado sin importar alguna condición médica preexistente. Previo a la implementación de esta ley, las compañías aseguradoras podían fácilmente negar el acceso a una persona sobre la base de una condición médica preexistente, como por ejemplo diabetes.
Así, aparentemente esta provisión será de particular beneficio para la población de origen mexicano en los condados fronterizos entre Texas y México, dada la alta prevalencia de enfermedades crónico-degenerativas como diabetes y obesidad; y de modo más general al permitir ampliar el acceso y reducir los costos de los seguros médicos.
Desde la perspectiva del lado mexicano de la frontera, sin embargo, posibles externalidades negativas podrán aparecer, en forma de una reducción marginal en la demanda por servicios médicos, demanda que tradicionalmente se ha observado por parte de esta población en las ciudades del lado mexicano ante el favorable diferencial de precios.
No obstante, a pesar de posibles impactos marginales negativos en el lado mexicano de la frontera, el balance a nivel nacional para la población de origen mexicano que vive en Estados Unidos definitivamente se prevé positivo ante esta reforma.