Recientemente el Gobierno Federal en México ha anunciado la implementación de un proyecto para el aprovechamiento de importantes yacimientos de gas natural de lutitas en el país, este recurso energético, también conocido como gas shale, es un tipo de gas no convencional cuya explotación se presenta como relevante en tanto es un complemento a las fuentes de energía actualmente usadas en el país. Según información emitida por la Comisión Nacional de Hidrocarburos, parte de las cuencas geofísicas identificadas con potencial productivo se encuentran en Coahuila, en la región fronteriza.
La importancia del gas natural desde una perspectiva económica para el país se debe a que en términos del consumo energético, el gas natural es la segunda fuente, representando el 42% del consumo total, (SENER, 2011); por otro lado, acorde con el Sistema de Información Energética, el país es actualmente un importador neto con volúmenes que representan una cuarta parte del total consumido (SENER, 2012).
Desde el punto de vista ambiental, sin embargo, el interés radica en la potencial contaminación de los recursos hídricos a consecuencia de los procesos de extracción de este gas, ya que los principales procesos de extracción de este gas son intensivos en uso de agua, con una utilización estimada según el Instituto del Petróleo Americano (API por sus siglas en inglés) de entre 7.6 y 15 millones de litros de agua (de 2 a 4 millones de galones) por pozo. Adicionalmente, los flujos de agua residual constituyen otra vía potencial de contaminación de las fuentes de agua locales y su manejo y tratamiento implica un reto técnico para la infraestructura de tratamiento local.
Al respecto, durante octubre de 2012, el fondo sectorial Conacyt-SENER-Hidrocarburos aprobó el proyecto denominado “Asimilación y desarrollo de tecnología en diseño, adquisición, procesado e interpretación de datos sísmicos 3D con enfoque a plays de shale gas/oil en México”, que tiene como uno de sus objetivos contribuir a la exploración de los yacimientos de gas de lutitas en México; este único proyecto tiene un monto asignado de 244 millones 385.68 mil dólares (SENER, 2012 p:60), cifra superior a la suma de los recursos erogados en los 45 proyectos realizados desde que se instituyó el fondo en el 2008.
Una vez que se analiza el desglose de los rubros de gasto del proyecto se hace evidente que el análisis del impacto ambiental ocupa un lugar ínfimo en la estructura de gasto, con recursos asignados de sólo el 3.3% del monto total, participación incluso menor que el rubro overhead que resulta prácticamente el triple que lo asignado a impacto ambiental y social.
Así, el descubrimiento de los yacimientos de gas natural no convencional representa ambas cosas, por un lado un potencial económico en términos energéticos y por otro, un reto ambiental para la región fronteriza cuyo impacto principal será en el manejo y utilización del agua.