Retrocesos laborales preocupantes

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Opinión de Cirila Quintero Ramírez Investigadora de El Colegio de la Frontera Norte

jueves 14 de octubre de 2021

Las últimas semanas han sido escenario de experiencias laborales que deberían generar preocupación por la forma en la que se han resuelto o son tratadas, porque pareciera que estamos asistiendo a un retroceso laboral. Las situaciones laborales se han presentado en distintos sectores desde la educación, los servicios y el sector energético, y han mostrado un deterioro laboral, independientemente de su preparación académica o la relevancia para el desarrollo del país, al menos eso se evidencia en el sector educativo y de proyectos económicos centrales. 

La educación había sido considerada durante mucho tiempo un factor de movilidad social, durante mi generación, considerábamos que el estudiar garantizaba un mejoramiento social y más aún que podríamos a cambiar  el mundo, como dice Villoro, fuimos una generación de utopías e ilusiones, https://aristeguinoticias.com/1909/libros/pertenezco-a-la-generacion-en-donde-las-ilusiones-estaban-en-oferta-juan-villoro-video-entrevista/. Los años ochenta y noventa, con la reestructuración económica, mostraron que ese mundo se estaba terminando cuando empezaron a egresar universitarios que no encontraban trabajo y se subieron los estándares educativos para conseguir empleo sin un mejoramiento laboral. Miles de ellos no ejercieron su carrera, otros trabajaron, y siguen trabajando, en la educación pública y privada con un salario de subsistencia de tiempo parcial o por horas clase, viviendo al día, preocupados por su sobrevivencia diaria, aún con su excelente preparación académica, y peor aún en una sociedad que le ha robado la esperanza de un mejoramiento personal y social,  https://www.excelsior.com.mx/expresiones/ya-no-es-posible-tener-ilusiones-juan-villoro/1475654

La precarización del sector educativo, particularmente en el nivel superior se ha acentuado, baste un ejemplo. En el 2014 surgió el Programa de Cátedras CONACYT para contratar a jóvenes doctores talentosos, contratados por CONACYT, y adscritos mediante proyectos a  los Centros Públicos de Investigación (CPI)-CONACYT. Esta forma de contratación representó la subcontratación del trabajo académico, como un paliativo para emplear a jóvenes recién egresados, en lugar de delinear estrategias de formalización laboral. De entrada, el pago económico era muy bueno en comparación con salarios pagados por universidades, sin embargo, la incertidumbre se vislumbraba desde el inicio con contratos determinados por diez años y sin una adscripción laboral clara. Algunos de ellos fueron contratados de manera formal por sus instituciones de adscripción, otros, la mayoría, siguen en la incertidumbre laboral. El programa está más sujeto a la voluntad política y gubernamental que al respeto a los derechos laborales y sus capacidades académicas. Ante las inseguridades laborales, los jóvenes investigadores, a los cuáles que a pesar de hacer  investigación y dar clases en sus instituciones de adscripción, se les ha solicitado recientemente mostrar evidencias de buscar trabajo,  iniciaron la formación de una organización sindical, tarea que les llevo muchos meses de trabajo, que les fue reconocida en marzo de 2021, (http://www.frecuencialaboral.com/SindicatodeinvestigadoresdecatedrasdeCONACYTnuevo2021.html). Este sindicato como parte de sus derechos, fijados en la Ley Federal del Trabajo, solicitó la petición de contrato colectivo con CONACYT, sin embargo, la Junta Federal de Conciliación de Arbitraje, a finales de septiembre, les negó ese derecho por considerar que ya se rigen por criterios laborales generales de CONACYT y además pertenecen al Apartado B (https://www.eleconomista.com.mx/arteseideas/A-partir-de-hoy-investigadores-de-Catedras-Conacyt-trabajaran-bajo-protesta-20210930-0155.html). La pertenencia a este apartado significa que son trabajadores de confianza y sin derecho a sindicalizarse, lo que se contrapone con el registro sindical con el que ya cuentan, agudizando su incertidumbre laboral. A pesar de la no claridad laboral, se ha lanzado recientemente la nueva convocatoria para contratar a más jóvenes científicos bajo esta modalidad,  (https://conacyt.mx/catedras-conacyt/) Es decir, se sumarán más cientos de jóvenes investigadores a esta incertidumbre laboral, en lugar de clarificar su estatus laboral y sindical. 

Relacionado con esta problemática, se encuentra la lucha, que desde el 2020, han mantenido los CPI por no ser transferidos al apartado B, que constituiría una violación a sus derechos laborales adquiridos, al convertirlos en trabajadores de confianza y sin derecho a sindicalización y sujetos a voluntades políticas y no académicas. Se ha argumentado que la medida es una decisión administrativa, pero se olvida que en el cambio subyace la pérdida de derechos laborales.  En su lucha, los académicos y sindicatos de estos centros realizaron conferencias, manifestaciones, cabildeo con legisladores, actores gubernamentales, siempre enfatizando el retroceso laboral que el cambio significaría. Finalmente, el 11 de octubre, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) dictamino que si bien procedía el cambio de régimen de los organismos descentralizados, no había efectos retroactivos sobre los ya existentes, aunque a los nuevos se les adscribiría al apartado B, como sucedió con los investigadores cátedra, (https://www.jornada.com.mx/notas/2021/10/11/sociedad/autoriza-scjn-cambio-de-regimen-laboral-de-organismos-descentralizados/). La decisión deja un sabor agridulce pues si bien los trabajadores de los CPI ya constituidos mantenemos nuestros derechos, los nuevos centros que se formar, y quizá los nuevos trabajadores en centros anteriores, quedarán bajo el régimen del Apartado B, y lo más importante, mientras persista el apartado B, que nació para dividir a los trabajadores del Estado, de los otros trabajadores, la amenaza de ser transferidos a este apartado persistirá. Así pues, si bien la decisión, aunque parece afectar solo a algunos trabajadores, lo cierto es que constituye un golpe a la certidumbre laboral de comunidad científica, pues al igual que en el movimiento feminista, si golpean a una, o se retrocede en derechos de compañeros trabajadores, nos afecta a tod@s. 

Finalmente, las protestas y movilizaciones recién registradas, particularmente en el sector energético y vinculados con proyectos gubernamentales como Gas Bienestar y el Dos Bocas, parecen distar de un escenario en donde el acuerdo y las buenas prácticas privan. La agresión sufridas por trabajadores en Dos Bocas, el día 13 de octubre, resulta reprobable. 

Las imágenes de trabajadores golpeados https://www.eluniversal.com.mx/estados/video-voy-perder-mi-ojo-video-muestra-herido-en-protesta-de-dos-bocas, es algo inadmisible en una época que se aspira a la democracia y el respeto de los derechos de los trabajadores. Decir que fueron agitadores, que “es una pelea entre sindicatos”, no justifica estas actuaciones, que deberían estar erradicadas, ni deslinda a las autoridades gubernamentales y empresariales de garantizar un espacio digno y seguro para estos trabajadores, y lo más importante, resulta urgente escuchar las exigencias de los trabajadores, en cuanto a exigencia de salarios justo o terminar con excesos sindicales. Mantener el discurso de que laboralmente todo esta bien  https://www.eleconomista.com.mx/empresas/Pleito-entre-lideres-sindicales-en-la-refineria-de-Dos-Bocas-deja-saldo-de-varios-heridos-y-3-detenidos-Nahle-20211013-0081.html), no ayuda y si complejiza más un escenario laboral que más que avances esta evidenciado retrocesos.

Dra. Cirila Quintero Ramírez

El Colegio de la Frontera Norte