Hace un par de días al transitar por las calles de Monterrey me di cuenta que muchas casas, negocios, terrenos baldíos y demás sitios están tapizados por propaganda electoral. Dicha propaganda va desde pequeños posters hasta inmensas lonas de cualquiera de los partidos (azul, amarillo, verde-blanco y colorado, u otras combinaciones), donde podemos ver imágenes de candidatos que van para senadores, diputados y alcaldes, pero no se menciona quién se hará cargo de recoger este material cuando ya no sea útil, es decir, cuando sea basura o residuo.
A este tipo de material se les denomina basura electoral, la cual se ve por muchas calles del país, pero no se sabe a ¿dónde irá a parar? o ¿quién pagará por el manejo y disposición de este tipo de basura? Siendo que el ciudadano no la generó y en algunos casos, ingenuamente, la aceptó o fue colocada en su casa o negocio sin permiso alguno. Por lo que, los dueños o generadores de esta basura deben tener responsabilidad social como productores de este material.
Es importante recordar el mensaje de los “muy ecologistas”, que hasta en el cine tuvimos que ver, “el que contamina paga”, concepto surgido a partir de la Declaración de Río y Estocolmo en los setenta y que en teoría debería aplicarse en el país, ¡¡ojo!! el Partido Verde no descubrió el hilo negro.
Por lo que deberían ser los partidos políticos quienes paguen por el manejo, disposición final y por qué no, hasta por un reciclado sustentable de basura electoral.
Es importante recordarles que dentro de un par de semanas llegarán las lluvias y si no se dispone adecuadamente esta basura, tarde que temprano puede llegar a las alcantarillas, taparlas y con ello provocar inundaciones.
Además es necesario mencionarles a todos aquellos que estuvieron en campaña que es importante cuidar, proteger el medio ambiente antes y después de tomar un cargo electoral. Porque hasta donde yo recuerdo muy pocos asumieron compromisos en cuanto a la mejora en la calidad de vida ambiental de los ciudadanos, todos prometieron dar agua, alimento, energía, etc. Pero ninguno se comprometió a hacer un manejo sustentable de los recursos naturales para cumplir con sus promesas.
En fin, ya es tiempo que los elegidos y no elegidos pasen a recoger su basura electoral; ya que si no hicieron propuestas concretas para proteger el ambiente, por lo menos que no contribuyan a empeorarlo. Siendo que todos, incluyendo los partidos políticos, debemos asumir nuestra responsabilidad ambiental. ¿No lo cree usted, querido lector?