Opinión de Juan Parra Investigador de El Colegio de la Frontera Norte

lunes 10 de septiembre de 2018

En la región norte de Coahuila, desde finales de mayo empezamos a padecer una grave sequía acompañada de altas temperaturas, mismas que normalmente se tornan calcinantes durante los meses de julio y agosto, cuando ocurre el fenómeno conocido como canícula. Sin embargo, hace unos días por fin llegó la tan ansiada lluvia en esta región atenuando un poco la sequía y las altas temperaturas.

Según el Sistema Meteorológico Nacional, los tipos de sequía que padecían los municipios de Piedras Negras y Acuña desde junio hasta finales de agosto fueron excepcional (D4) y extrema (D3). Mientras que los municipios de Allende, Guerrero, Hidalgo, Morelos, Nava, Villa Unión y Zaragoza también pertenecientes a la región norte de Coahuila padecían sequía extrema.

Para que se den una idea de la situación que padecimos en la región norte de Coahuila a continuación se señala la Clasificación de la Intensidad de la Sequía de acuerdo al Monitor de Sequía de América del Norte:

Anormalmente Seco (D0): Se trata de una condición de sequedad, no es una categoría de sequía.

Sequía Moderada (D1): Se presentan algunos daños en los cultivos y pastos; existe un alto riesgo de incendios, bajos niveles en ríos, arroyos.

Sequía Severa (D2): Probables pérdidas en cultivos o pastos, alto riesgo de incendios, es común la escasez de agua.

Sequía Extrema (D3): Pérdidas mayores en cultivos y pastos, el riesgo de incendios forestales es extremo, se generalizan las restricciones en el uso del agua debido a su escasez.

Sequía Excepcional (D4): Pérdidas excepcionales y generalizadas de cultivos o pastos, riesgo excepcional de incendios, escasez total de agua en embalses, arroyos y pozos, es probable una situación de emergencia debido a la ausencia de agua.

Estas dos últimas categorías de sequía fueron las que padecimos por unos meses y aunadas a las altas temperaturas provocaron efectos graves en la agricultura y ganadería, los agostaderos lucen áridos sin pasto, debido a la calcinante irradiación solar. En los estanques se agotó el agua donde abrevaba el ganado, los mantos del subsuelo se abatieron y en otros probablemente haya pérdida de siembra de cultivos.

En Piedras Negras se señala que alrededor del 70 por ciento del ganado caprino se ha perdido, mientras que muchos productores de ganado bovino han tenido que empezar a vender su ganado ante la falta de recursos para alimentarlo.

Otro efecto de la sequía y las altas temperaturas ha sido la reducción de la cantidad de agua almacenada en la presa La Amistad. El responsable de la CILA sección México, señaló que el nivel de la presa se encuentra en 30 por ciento, que equivale a un almacenamiento de 2 mil 914 millones de metros cúbicos y de éstos solamente el 44 por ciento es de México. Desde 1994 las lluvias no han sido suficientes (se necesita alrededor de 600 milímetros por año) para una buena recuperación del nivel de la presa.

En el caso de la población, afectó la economía familiar debido al uso prolongado de equipos de aire acondicionado, congeladores, ventiladores, así como también se ha incrementado el consumo de agua purificada y bebidas rehidratantes, agua potable tanto para consumo humano como para regar las plantas del hogar, ducharnos con mayor frecuencia y para otros usos.

Esperemos y siga lloviendo, para evitar más pérdidas en la agricultura, ganadería, aliviar un poco la economía familiar y recuperar el agua que descarga la presa La Amistad hacia el río Bravo. Porque si no llueve lo suficiente, el déficit de la presa se incrementará y el año próximo los daños pudieran ser mayores, no sólo para esta región sino también para las que dependen del agua del río Bravo.

Dr. Juan Parra

El Colegio de la Frontera Norte.