Nuestra sed no aprende del agua

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Opinión de María Eugenia González Ávila investigadora del Departamento de Estudios Urbanos y del Medio Ambiente en El Colegio de la Frontera Norte, Monterrey de El Colegio de la Frontera Norte

jueves 8 de marzo de 2012

En el norte del país y en especial en el estado de Nuevo León, en los últimos diez años se han sufrido sequías prolongadas (FEA, et al, 2006), tal como se reporta desde 1989 a la fecha en más de una decena de notas periodísticas, además lo indica el Plan de Adaptación de Cambio Climático de Nuevo León y una gran cantidad de planes, programas con que contamos en el estado. Pero aun con ello, sólo nos acordamos de la sequía y escasez de agua cuando se presentan eventos como lo sucedido en la década de los cincuenta y finales de los setenta (INAP, 1990:109-120) que llevó a construir las presas: La Boca, Cerro Prieto y el Cuchillo, el huracán Alex que nos dejó sin suministro de agua y recientemente la sequía que se sufre en el sur del estado.

Todo lo anterior no ha servido como aprendizaje vivencial, ya que la cultura del desperdicio y la inconsciencia continua, ¡ojo! no es disculpa “tengo para pagarla, por lo tanto, puedo desperdiciarla”, siendo que el recurso hídrico es para todos (humanos y ambiente). Pero por qué digo esto querido lector, ¿cuántas veces hemos visto gente lavando o mejor dicho regando las banquetas con una manguera? ¿Creerán que va a crecer pasto?

Otro hábito que pensé estaba erradicado es que el ciudadano se esmera por regar su jardín que parece que tienen un campo del golf o quizás un ¿pantano? En fin, el riego de un jardín se puede hacer dirigido hacia la raíz por la técnica de goteo con una botella de PET. Este tipo de prácticas son comunes en parques y jardines de España y muchos otros países de Europa.

Así, es importante que tanto el gobierno como los ciudadanos y población rural hagamos una reflexión sobre la crisis del agua que tenemos en el estado y el país. Esto a fin de que tanto planes de gobiernos como nuestros propios hábitos de consumo cambien hacia nuevas formas de uso y manejo sostenible del agua. Porque no debemos olvidar que estamos ubicados en una zona árida donde el agua es un recurso escaso que hay que compartir. Y que ni el Proyecto de Río Pánuco ni otro proyecto semejante serán suficientes para calmar nuestra sed y mucho menos la que sufren en el sur del estado o ¿usted qué cree?