Morena, ¿partido o movimiento?

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Opinión de Artemisa López León Profesora-Investigadora de El Colegio de la Frontera Norte de El Colegio de la Frontera Norte

jueves 20 de septiembre de 2012

El pasado 9 de septiembre, el discurso del ex candidato del Movimiento Progresista a la Presidencia de la República, Andrés Manuel López Obrador en el Zócalo capitalino despertó sumo interés porque anunció su distanciamiento de los partidos de izquierda del Movimiento Progresista y puso sobre la mesa de discusión la continuación del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) como Asociación Civil o su transformación en partido político.

Esto no es sorprendente. Al menos desde hace dos décadas, diversos teóricos de los movimientos sociales han observado que estos se convierten en grupos de presión, partidos políticos u organizaciones; incluso la transformación se ha leído como muestra fehaciente de su continuidad.

Es innegable que la separación de AMLO con los partidos de izquierda y la definición del futuro de Morena, serán esenciales para el futuro del propio movimiento, sus aliados y sus simpatizantes.

Para poder trascender la coyuntura electoral, Morena tendrá que modificar sus estrategias, sus ámbitos de acción y quizá hasta sus objetivos, porque las reglas del juego son distintas para los partidos políticos y las asociaciones ciudadanas.

Los partidos de izquierda verán disminuido el número de sus afiliados –de manera radical, si el carisma de López Obrador sigue vigente–, a la vez que deberán implementar tácticas para ser más competitivos en el proceso electoral del 2013, incluyendo una posible alianza con la derecha, como ya lo dejó entrever el Partido de la Revolución Democrática.

El movimiento #YoSoy132, que emergió con la coyuntura del proceso electoral, no sólo deberá reflexionar sobre su propia existencia-permanencia, sino evaluar su relación con Morena que, hasta ahora, ha sido una relación muy fructífera para ambos.

Los millones de simpatizantes que dieron su voto a AMLO, sin pertenecer a Morena o a alguno de los partidos políticos que lo apoyó, tendrán que decidir si se mantienen como espectadores o se convierten en partícipes activos del movimiento.

Lo cierto es que queda poco tiempo para definir si esta lucha se hará en la arena social o política.

Como lo expresó recientemente López Obrador en un comunicado disponible en su sitio oficial en internet: “La discusión sobre este tema se tuvo que adelantar porque la ley vigente establece que sólo en el mes de enero del próximo año debe notificarse al Instituto Federal Electoral la solicitud de creación de nuevos partidos políticos”.

¿Puede lograrse el cambio al ritmo de los tiempos electorales?, ¿puede sobrevivir a los vicios de fondo de los partidos políticos?, ¿puede lograrse solamente con la participación en la esfera de lo civil?, ¿pueden y deben ser AMLO y su Morena los guías de la transformación sociopolítica que requiere México?, ¿el cambio verdadero estará por venir?