Marca Propia: De Pymes y emprendimiento

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Opinión de Araceli Almaraz Alvarado Investigadora de El Colegio de la Frontera Norte

jueves 21 de marzo de 2019

Un tema sin duda importante en términos de empleo y unidades económicas es el de las Pequeñas y Medianas Empresas, sin excluir a los micro negocios claro está. Pensar las empresas de reciente creación no como punto de partida, sino como punto de llegada implica analizar el proceso inicial de los emprendimientos. En Marca Propia estamos comprometidos con la historia de los negocios y por tanto a discutir el primer ciclo de vida de las empresas desde enfoques amplios y estudios minuciosos. Así que abrir el debate sobre las Pymes es abrir el debate a la historia de los negocios. En este segmento queremos presentar algunas líneas de discusión sobre emprendimiento en Latinoamérica y los retos que enfrentamos para su impulso empezando por el primer ciclo de vida de las empresas.

Muchas empresas y poca innovación

En este segmento hemos presentado casos y discutido sobre empresas de diverso tamaño y origen, sobre los talentos de las y los pioneros en Baja California, la importancia de la sucesión generacional y la identidad de marca, entre otros. Hoy queremos hablar del arranque de nuevos negocios y cómo se conforma el primer tramo en la vida de una empresa.

Uno de los esfuerzos más recientes y pormenorizados sobre Pymes es el informe que editó en 2014 el Banco Mundial con el nombre de “El emprendimiento en América Latina. Muchas empresas y poca innovación” a cargo de Lederman, et al. El reporte del Banco Mundial menciona que “el emprendimiento es multifacético y [que] las definiciones simples no dan cuenta de la heterogeneidad de las acciones innovadoras que este fenómeno abarca”.

Más allá de la innovación, que será motivo de otros segmentos en Marca Propia, vale la pena destacar que en dicho informe se hace referencia a las imbricaciones entre iniciativas personales, contexto institucional y contexto económico:

“los emprendedores de éxito son individuos que transforman ideas en iniciativas rentables [y que a menudo], esta transformación requiere talentos especiales, como la capacidad de innovar, introducir nuevos productos y explorar otros mercados. Se trata de un proceso que también precisa la habilidad de dirigir a otras personas, priorizar las tareas para aumentar la eficiencia productiva y darle a los recursos disponibles el mejor uso posible. Sin embargo, no basta con estas aptitudes. Los emprendedores de éxito prosperan cuando el entorno económico e institucional es favorable e impulsa los rendimientos de la innovación. Cuando el entorno es propicio, los emprendedores se arriesgan e invierten en innovación y así estimulan la productividad mediante las dinámicas de entrada y salida del mercado de las empresas y la innovación de las ya establecidas, lo que promueve el desarrollo económico.”

La discusión de fondo es cómo se inicia el ciclo de vida todo negocio y cómo se produce el proceso de arranque de una idea. De ello depende la sobrevivencia de las empresas. La necesidad de una radiografía precisa, así como de nuevas tipologías y una agenda de investigación mucho más amplia que incorpore aspectos internos, externos y socioculturales al estudio histórico de las empresas, será de gran benéfico para la historia comparada y los tomadores de decisiones.

Se advierte esto ya que la dimensión institucional del problema de las Pymes y el propósito de generar innovación no son los únicos factores que deben interesar en su estudio. Hace falta la otra cara de la moneda. En esta tesitura, las experiencias de las y los emprendedores nos llevan por otras vías para entender la innovación y el espíritu empresarial, así como la selección de ideas y la forma en que se incursiona en los mercados.

Algunos emprendedores se dedican solo a generar ideas para venderlas, otros más buscan replicar ideas y obtener las ganancias de retorno en el tiempo previsto, en otros casos la innovación y la diferenciación de procesos y productos es central. Pero en todos los casos hay siempre un primer ciclo de vida que define el ADN de los negocios y que se gesta en la constitución de una idea que se configura y se materializa en el mercado. Los emprendedores pueden entonces asociar sus ideas al contar con capital humano altamente especializado y logísticas avanzadas o no.

Las startups (empresas de reciente creación), advierten el tipo de relaciones contractuales que van a buscar y bajo qué esquemas quieren actuar organizacionalmente. Hay emprendimientos que incluso no cuentan con la posibilidad de tener empleados, porque la generación de conocimiento no lo requiere o bien porque los colaboradores son familiares sin contrato. En otros casos simplemente no se considera necesaria una estructura administrativa porque la concentra el emprendedor o emprendedora.

Sin embargo es muy importante el auto reconocimiento de la actividad emprendedora en un marco de competencia imperfecta. Ello permite identificar distintos tipos de emprendimiento y predisposición al riesgo. Al reconstruir trayectorias de empresas y llevar a cabo estudios comparados, los historiadores económicos estamos amplificando nuestros hallazgos y precisando las múltiples variaciones del capitalismo, el ejercicio de instituciones y la emergencia de nuevos sujetos del cambio económico y del emprendimiento.

Retos para entender el emprendimiento en México y Argentina

En México hasta hace algunos años no se contaba con estadísticas detalladas sobre el comportamiento de negocios menores a 250 empleados que nos dieran datos sobre la estructura, los procesos de gestión y el financiamiento. En 2016 se impulsó la primera encuesta empresarial enfocada en micro, pequeñas y medianas empresas dirigida por el extinto Instituto Nacional del Emprendedor (Inadem).

Los resultados detallaron aspectos sobre el funcionamiento y administración interna de los negocios, así como en la concentración de empresas según el tamaño por empleo. En 2015 del universo de Micro, pequeñas y medianas empresas, el 97.6% de los negocios en México correspondía a microempresas, las cuales concentraban el 75.4% del personal ocupado; mientras que el 2% correspondía a pequeñas con una concentración del 13.5% del personal ocupado; y en menor porcentaje (0.4%) se reflejaba el peso de unidades medianas, con una concentración del 11% del personal ocupado.

Estos datos reflejan mucho de la organización interna de los negocios y permiten reflexionar sobre la manera en que los emprendedores valoran una base administrativa y las actividades de gestión financiera en el arranque de los negocios. Cuando se hacen cruces por sector, pareciera que los retos en el apoyo a las Pymes quedan mucho más claros y al mismo tiempo mucho más lejanos de la realidad. Los llamados sistemas de emprendimiento deben considerar las variaciones territoriales, institucionales y económicas, si se piensa en un apoyo consistente a las Mipymes.

Más política y menos innovación

El hecho de diseñar políticas para estimular el emprendimiento basándose en una sola vía de soporte, en un tipo de sistema mecánico y en la idea de la innovación como eje central de todo negocio no necesariamente asegura el mejor recorrido, al menos no el mejor para
todos los tipos de negocios.

La identificación de los problemas de los negocios nuevos, las startups, debe registrarse y analizarse en profundidad ya que el arranque define una historia empresarial inmediata. La forma de enfrentar los primeros obstáculos y las distorsiones en el clima territorial de los negocios, supone un estilo que se amplificará y se mantendrá hasta que la empresa perdure o muera.

Dra. Araceli Almaraz

El Colegio de la Frontera Norte