Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) se han convertido en parte central de las discusiones sobre el desarrollo y las formas de lograrlo, a lo largo y ancho del planeta. Los 17 objetivos, propuestos desde la Organización de las Naciones Unidas (ONU), a los que también se conoce como Agenda 2030, se han integrado de diferentes maneras en los programas de gobierno a nivel nacional, estatal y municipal en México. ¿Cuál es la importancia de estos 17 objetivos y las estrategias e indicadores que plantean? En primer lugar, son el resultado de un amplio acuerdo internacional respecto a problemas que afectan, de diferentes formas, a la humanidad en su conjunto. En segundo lugar, integran diferentes aspectos de la organización y funcionamiento de nuestras sociedades y entorno, en lo que podríamos considerar un intento de propuesta integradora. En tercer lugar, plantean una sostenibilidad vinculada a aspectos sociales, ambientales y económicos; para lograr un mundo viable, vivible y equitativo. Ahora bien, para que se vuelvan parte de la gobernanza territorial, es decir, de las acciones y estrategias respaldadas y aplicadas por la mayor parte de la población y las instituciones, conviene darnos cuenta de como inciden en nuestra vida cotidiana y cómo contribuimos a mejorar o empeorar cada uno de los 17 objetivos.
Para Baja California, estado considerado por CONEVAL, con datos de 2022, como el segundo mejor lugar a nivel nacional, sorprenden algunos resultados oficiales de los indicadores de los ODS (https://agenda2030.mx/ODSopc.html?cveCob=02&lang=es#/geocov). El estado reporta un 13.4 por ciento de la población en situación de pobreza, un 34.4 por ciento de población vulnerable por carencias sociales, y resaltan un 28.4 por ciento de población con carencia por acceso a los servicios de salud y un 34.7 por acceso a la seguridad social. Esto se refrenda la imagen de una población con satisfactores de corto plazo con poca presencia de instituciones y gobierno contribuyendo a garantizar la calidad de vida. Para el acceso a la salud B.C. presenta un déficit 10 puntos porcentuales mayor al promedio nacional, que además, se refrenda con tasas de mortalidad más elevadas en el indicador “Tasa de mortalidad atribuida a las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, la diabetes o las enfermedades respiratorias crónicas”. Otro aspecto deficitario en el estado es la “Proporción media de la superficie edificada de las ciudades que se dedica a espacios abiertos para uso público de todos” que con datos de 2020 alcanza apenas un 3.9 por ciento frente a un 6.31 a nivel nacional. Las “Viviendas en rezago habitacional” son otro foco rojo con un porcentaje de 41.98 por ciento en Baja California frente al 24.27 nacional y se reporta nula separación de residuos. Hasta aquí algunos detalles sobre el desarrollo en Baja California. Pero para ahondar en la presencia institucional y su incidencia en la vida de las y los bajacalifornianos baste decir que la “Confianza en el Gobierno Federal” se reporta en 56. 2 por ciento, tres puntos por debajo que para el resto del país y la “Población que se siente segura al caminar sola por la noche en su zona de residencia” alcanza un porcentaje de 36.7 frente al 41.3 nacional. Ese Desarrollo Sostenible, que a veces confundimos con el conservaconismo ambiental, impacta de forma directa en la vida de cada persona. Un primer paso para dimensionarlo y contribuir, es acercarse a la página de Naciones Unidas y ver más de cerca que quiere decir “Fin de la pobreza”, “Energía asequible y no contaminante” o “Paz, justicia e instituciones sólidas” y cómo se manifiestan en nuestro entorno inmediato. Sin duda ser ciudadanos más conscientes e informados nos beneficia a todas y todos.
Sárah Eva Martínez Pellégrini
El Colegio de la Frontera Norte, Departamento de Estudios de Administración Pública
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