Los impactos del COVID-19 en el turismo de la frontera norte de México

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Opinión de Nora Bringas Rábago Investigadora de El Colegio de la Frontera Norte

jueves 17 de septiembre de 2020

Se ha hablado mucho sobre los impactos generados por la pandemia CO-SARSv2, un nuevo virus de la familia de los coronavirus, cuya enfermedad es conocida como COVID-19 y que ha generado una conmoción en el mundo entero.  Su inesperada llegada a finales de 2019 como un problema de salud que emergió en Wuhan, China y se expandió como reguero de pólvora por todo el mundo, como prueba innegable de la globalización, ocasionando una fuerte crisis sanitaria y económica que prácticamente ha generado  estragos sin precedentes en la economía mundial, afectando no solo la vida cotidiana de los habitantes del planeta, sino también la de la industria de los viajes y el turismo, que ha sido de las más golpeadas.  

Si bien en la época moderna han existido otras  pandemias  como el Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS), el virus de la influenza A(H1N1) o el Síndrome Respiratorio Agudo asociado a Medio Oriente (MERS), ninguno había alcanzado las dimensiones de esta, ni había cobrado tantas vidas como el COVID-19 que al 13 de septiembre había acumulado 29,155,581 casos confirmados y 926,544 fallecidos, según la Organización Mundial de la Salud. 

Se le ha atribuido la propagación del virus a la movilidad de las personas, siendo mayormente afectadas aquellas economías que dependen del turismo. De esta manera, la pandemia en la que está sumido el planeta entero ha generado impactos económicos, políticos, ambientales y sociales por el confinamiento de las personas, lo que ha derivado en una crisis sistémica que ha colapsado los sistemas de salud de algunos países, propiciando también una parálisis económica de la  que tomará tiempo recuperarse. 

Algunos analistas pronostican que habrá una recesión como ninguna otra en la historia moderna, ocasionada por el confinamiento voluntario u obligatorio, el miedo a viajar por el riesgo al contagio o porque no existen recursos económicos para hacerlo, lo que dicen algunos marcará el fin del capitalismo y el declive de la hospitalidad, sin embargo, otros, menos pesimistas, predicen una lenta recuperación aludiendo a la capacidad resiliente demostrada por el turismo bajo condiciones adversas como amenazas naturales o los ataques terroristas. 

Cualquiera que sea el escenario para el futuro, en el presente ya es una realidad la pérdida masiva de empleos, el cierre de empresas, sobre todo las pequeñas y medianas, el déficit fiscal, una caída del ingreso y del Producto Interno Bruto. Como si esto no bastara, en los  países en vías de desarrollo se esperan además cambios sociales importantes, el incremento de la pobreza y las desigualdades regionales y locales, el resurgimiento de los nacionalismos y una crítica a la globalización, entre otros aspectos.

En la frontera norte de México los efectos de la pandemia en los flujos de visitantes no han sido muy diferentes a lo registrado en otras regiones de México. De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), esta región  ha registrado una reducción en lo flujos de visitantes y de divisas. Al inicio de la pandemia, en marzo de 2020, a esta región llegaban 1.6  millones de turistas internacionales (pernoctan) y 3.1 millones de excursionistas (no pernoctan), para abril la caída en ambos flujos fue notoria, disminuyendo en  el caso de los primeros 127.1% y en los últimos 116.8%. En ambos casos,  esta reducción tuvo un mayor impacto quienes llegan a las ciudades fronterizas en automóvil. Esta caída está asociada con el cierre temporal de la frontera para actividades no esenciales para atenuar la propagación del coronavirus, medida que se ha extendido hasta la actualidad. A pesar de ello y de que todavía la mayoría de los estados de la frontera tenían semáforo naranja, en julio pasado, el flujo de  turistas empezó a mostrar una leve mejoría, al incrementar 19.1% el número de llegadas con respecto al mes anterior, siendo los automovilistas quienes observaron un mayor incremento (27.6%). En cambio, en los excursionistas se notó una disminución del 14.5% en el flujo de personas.

Este decremento en el número de visitantes impactó también su gasto en la región, en marzo el volumen de ingresos generados por los turistas fronterizos fue de 105.1 millones de dólares y para abril éstos apenas alcanzaron los 26.3 millones, la caída en la captación de dividas fue del 300%, siendo los automovilistas los que sufrieron la mayor reducción (336.6%). Por su parte, en marzo, los excursionistas generaron 126.3 millones de dólares en la región y para abril su aportación fue de 59.5 millones de dólares, disminuyó  112%, esta reducción aunque fue significativa, fue menor que la de los turistas. Sin embargo, para julio la situación empezó a dar señales de mejoría, pues el incremento en la captación de divisas de junio a julio se recuperó en un 32% en el caso de los turistas, alcanzando los 40 millones de dólares en divisas, mientras que para los excursionistas el incremento fue de apenas 8.3%, lo que significó que se captaron 61.4 millones de dólares. 

Como era de esperarse, los estragos de la pandemia y la reducción en la llegada de visitantes internacionales a la región fronteriza tuvieron impactos en el empleo. Datos del Instituto Mexicano del Seguro Social  (IMSS) muestran que el coronavirus dejó fuera del mercado laboral formal a un gran porcentaje de trabajadores del sector turismo, que se refleja en los rubros de servicios de alojamiento temporal,  preparación y servicio de alimentos y bebidas, así como en los servicios recreativos y de esparcimiento. De tal suerte que de los 265,130 asegurados en el  IMSS que existían en marzo de 2020, para agosto solo quedaban 226,059, registrándose una disminución de 39,071 asegurados, lo que representó el 21.1% del nacional, es decir por cada cinco empleos perdidos en el país, uno fue en la frontera norte. 

Pero este indicador no tuvo el mismo comportamiento en todos los estados de  la frontera, ni en todos los rubros. De marzo a agosto, el estado de Nuevo León fue el que experimentó la mayor pérdida de empleos formales en toda la frontera al perder 14,831 empleos (27.9%), seguido de Baja California con 7,096 empleos, representando el 19.25 % del total de empleos de la frontera. En toda la región fronteriza en general, la mayor afectación del empleo formal fue en el ramo de la preparación y servicio de alimentos y bebidas, en marzo representó el 70.5% de los empleos perdidos y en agosto el 71%. 

Desde la óptica en que se vea, lo cierto es que el sector turismo está frente a la encrucijada de seguir apostando por un turismo masivo, colonialista, devorador de espacios y generador de desigualdades o hacer una reingeniería y reorientar el modelo hacia un turismo responsable, más ético, más comprometido con un empleo digno, el cuidado del medio ambiente y el  respeto a las cultura locales. La moneda está en el aire, pronto veremos los resultados.

Dra. Nora L. Bringas Rábago

El Colegio de la Frontera Norte