Los centros integradores para migrantes (CIM): la difícil articulación entre lo municipal y federal

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Opinión de Cirila Quintero Ramírez Investigadora de El Colegio de la Frontera Norte

jueves 7 de julio de 2022

El pasado 5 de julio se inauguró el Centro Integrador de Migrantes (CIM) en Matamoros, es el tercer CIM que se abre en la Frontera. El primero fue en Ciudad Juárez en agosto de 2019; el segundo en Tijuana en junio de 2020. Los centros denominados con nombres de mujeres ilustres, al de Matamoros, se le asignó el nombre de Valentina Ramírez Avitia, una mujer revolucionara, buscan “ofrecer alojamiento, servicios de salud, seguridad y vinculación laboral; se proveerá de cocina, comedores, habitaciones y regaderas”. En sus instalaciones reciben migrantes solos o familias migrantes.  En la inauguración del CIM de Juárez se expresó que “se atendería a retornados y migrantes en espera de asilo”. Es un proyecto del gobierno federal implementado por la Secretaría del Bienestar y la Secretaría del trabajo, colaboran de manera colateral otras Secretarías como la de Salud, y SEDENA. Otro de los objetivos clave del CIM consiste en brindar oportunidades de empleos “dignos y condiciones adecuadas” para los migrantes que se establezcan en las ciudades fronterizas.  

La inauguración del CIM en Matamoros, para la que escribe, fue una verdadera sorpresa. Colaboro en un proyecto sobre “Inserción Laboral de migrantes”, realizado por El Colegio de la Frontera norte, desde hace varios meses, y he entrevistado a empresarios, líderes sindicales y funcionarios  actores clave en Matamoros,  acerca de la existencia de algún proyecto a nivel municipal o estatal para insertar laboralmente a los migrantes, todos coincidieron que no, que no existía, ni plan, ni proyecto que la inserción había sido de manera voluntaria por parte del migrante, respondiendo a la oferta de trabajo o por empresas en particular. De manera que la inauguración del CIM, de la que me enteré de forma fortuita, fue una verdadera sorpresa. La inauguración fue un evento cerrado, a la que pude acceder, gracias al trabajo que a las investigaciones sociales que realizó. 

Mi percepción es que es que el CIM es un proyecto federal, en donde el gobierno municipal participó muy poco, y el estatal menos, la ausencia de un representante del gobernador fue notoria. En pocas palabras, es un proyecto que se percibe como ajeno a la localidad y en la que poca o nula participación se ha tenido. Más aún no se percibe un interés de las autoridades gubernamentales por crear sinergias con el gobierno del Estado y el Municipio, aún y cuando este último es de filiación morenista. Hubo otras ausencias importantes, por ejemplo, el sector empresarial que sería el potencial empleador de estos migrantes, estaba ausente. También poca presencia del Instituto Nacional de Migración, aún y cuando, él será el encargado de dar la documentación que acredite la legalidad del migrante para ingresar a este centro. El único actor clave en materia de migración local que estaba el Padre Francisco Gallardo, director de la Casa del Migrante de Matamoros. 

La inauguración del CIM me recordó a los proyectos federales que se implementan a lo largo del país, sin un conocimiento real del espacio local, ni la búsqueda de un consenso e involucramiento con gobierno y sociedad local, que garanticen su éxito, y que pueda apoyarlos mediante su experiencia y opiniones en torno a la implementación del proyecto. Esta no vinculación puede conducir a decisiones preocupantes, por ejemplo, el lugar de instalación. El CIM Matamoros fue ubicado en las instalaciones de una Universidad privada, que cerró sus instalaciones en tiempos de la violencia más fuerte en Matamoros, em esa misma área un campus del Tecnológico de Monterrey, ahora ocupado por la policía, también cerró sus puertas. El  CIM quedó situado en la salida a Reynosa, uno de los lugares en donde ha habido distintos enfrentamientos entre grupos delincuenciales y el ejército. La zona en sí se podría considerar de alto riesgo.   

La lejanía del centro de la ciudad, plantea otra problemática vinculada con el acceso y movilización al CIM. El transporte público en Matamoros es uno de los problemas más fuertes del municipio. Las rutas periféricas como la del CIM tienen escasa cobertura, sería importante conocer como se hará el enlace entre el CIM y la dinámica de Matamoros, de lo contrario, más parece un centro aislador que integrador a la comunidad matamorense.

Finalmente, en la inauguración, los discursos de los funcionarios públicos federales: Ariadna Montiel y el subsecretario del Trabajo, Marath Bolaños, así como el representante de los programa de Bienestar en Tamaulipas, Luis Lauro Rodríguez, enfatizaron que este programa parte de la estrategia federal para atender la migración, especialmente busca “brindar de forma temporal alojamiento, alimentación, vinculación laboral, así como servicios de salud y de educación, en instalaciones dignas y humanitarias a la población con diversas condiciones migratorias en México”, sin hacer mención de lo relevante que resulta la participación local paras su éxito.  Por su parte, el silencio de la autoridad local, salvo en las palabras de bienvenida, fue bastante simbólica. 

A pesar de ello, esperemos que el CIM-Matamoros, logre atender las muchas necesidades de la población migrante que llega, y se asienta, por esta parte del país, el conseguirlo dependerá de la inclusión del gobierno y actores locales en el proyecto, como parte nodal para su funcionamiento. Sin embargo, el diálogo, la creación de consensos y acuerdos entre lo local/estatal/federal siempre sido el punto más difícil en la administración pública de México, y el momento actual parece que tampoco es muy promisorio para este diálogo, algo por demás preocupante en aspectos tan relevantes como la atención a migrantes.

Dra. Cirila Quintero Ramírez

El Colegio de la Frontera Norte