La reforma laboral confusa: ganancia de políticos y líderes oportunistas

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Opinión de Cirila Quintero Ramírez Investigadora de El Colegio de la Frontera Norte

jueves 23 de noviembre de 2023

Las opiniones expresadas son responsabilidad de quien las emite y no reflejan necesariamente una postura institucional de El Colegio de la Frontera Norte.

La reforma laboral implementada a partir de 2019 auguraba, según los gobernantes y abogados laborales, mejores tiempos para los trabajadores, sin embargo, como lo he apuntado en otros escritos, los resultados obtenidos cuestionan su efectividad y sobretodo el beneficio real de los trabajadores. Dos datos que he resaltado en torno a los escasos resultado de la reforma laboral: primero, el escaso avance en la tasa de sindicalización de 12.4 a 12.7 % (https://www.eleconomista.com.mx/capitalhumano/Reforma-laboral-no-ha-logrado-impacto-masivo-sindicalizacion-se-mantiene-en-12.7-20230531-0127.html), es decir, la mayor parte de los trabajadores  en el país sigue sin sindicato u organización laboral que los defienda.  Segundo, la mínima proporción de contratos colectivos legitimados, los porcentajes manejados fluctúan entre el 14% y el 18% de los contratos fueron legitimados, es decir 82% de trabajadores que contaban con un contrato colectivo, éste ya no es válido. Las autoridades han generalizado que todo este porcentaje eran contratos de protección, lo que resulta cuestionable, cuando distintos sindicatos con pocos miembros o con ausencia de acceso a la tecnología no pudieron hacer el trámite, como lo han expresado algunos abogados laborales. 

Un factor fundamental para explicar el fracaso en los objetivos de la nueva legislación laboral reside en la falta de información, por parte de las instancias laborales, la confusión y la burocratización de los procedimientos; además, de factores no considerados que han sido fuertemente cuestionados, como la organización de la legitimación de contratos por el sindicato titular, en lugar de una instancia neutral. No obstante, para algunos abogados, participante en la definición de esta nueva ley laboral, el escaso éxito se debió los mismos trabajadores, dado que “tenían todo a su favor para hacer un cambio”. Sin tomar en cuenta, todos los obstáculos estructurales que impiden la actuación libre de los trabajadores, como la oposición empresarial, sindical y las prácticas burocráticas de las instancias gubernamentales laborales. Baste un ejemplo el reconocimiento del sindicato de Tridonex, afiliados al SNITIS, sindicato emergido del movimiento de Matamoros, le llevo a los trabajadores tres años, aún con la participación de los Mecanismos Laborales de Respuesta Rápida del TMEC, cuando se había anunciado la eficiencia en estos procedimientos. 

Empero, si para los trabajadores y sindicato, e incluso algunos empresarios, resultaba confusos los procedimientos, quienes tuvieron claridad en la oportunidad que representaba la apertura a nuevos sindicatos fueron algunos políticos y líderes sindicales, quienes conformaron nuevos sindicatos independientes, el caso más representativo fue la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (CATEM), fundada por el Senador Pedro Haces, que según su portal fue fundada hace 15 años, pero que adquirió relevancia a partir de la Reforma Laboral cuando el dirigente desplego a lo largo y ancho del país a seguidores para afiliar a toda clase de trabajadores, sin tomar en cuenta diferencias laborales, regionales, etc, ofreciendo puestos sindicales locales quien se involucrará en la promoción. El avance inicial fue frenado por el COVID, en otros espacios, como Tamaulipas, el dominio cetemista cerró el paso a los sectores económicos más relevantes. Otro ejemplo es la Confederación Joven de México que es una escisión del CTM liderada por Alfonso Aceves del Olmo, sobrino del dirigente de la CTM, quien se presenta como una opción novedosa, aunque comparte muchas de las características del sindicalismo cetemista anterior.  A lo largo de los 4 años de la reforma, distintas variantes, la mayor parte dirigida por políticos y líderes vinculados al sindicalismo corporativo, han registrado sus sindicatos independientes, autónomos, democráticos, como nuevas opciones, alejados del viejo sindicalismo, como una forma de ser legitimados. Además de que han participado abiertamente en la lucha por titularidad de contratos colectivos de importantes planta Mazda Salamanca. De ahí, mi consideración que una tarea fundamental para las autoridades laborales en el corto y mediano plazo tendría que ser encontrar indicadores que les permitan medir la participación real, y no meramente cualitativa, de los trabajadores en la toma de decisiones de los nuevos sindicatos, podría ser que en lugar de asistir a la democratización del sindicalismo estemos asistiendo a la reconfiguración del sindicalismo de protección, algo por demás preocupante. 

El oportunismo de estos líderes y políticos está emergiendo a raíz de la cancelación de los contratos colectivos. Lo que sigue después de este término es bastante confuso, sin embargo, hay incertidumbre que se junta con una situación económica difícil de los trabajadores, que ha sido aprovechada por estos líderes, quienes se están acercando a trabajadores que han perdido sus contratos, o a sectores potenciales de ser sindicalizados para ofrecerles ser su representante sindical. El modus operandi es el mismo que ya había surgido en los ofrecimientos en algunas automotrices de mejorar condiciones salariales y laborales (https://www.laizquierdadiario.mx/La-Confederacion-Joven-de-Mexico-y-la-CTM-una-trampa-para-las-y-los-trabajadores), pero sin un respaldo claro de cómo se lograrán; en otros casos, ha existido acuerdos con la parte patronal para otorgar estos beneficios económicos, a cambio de ser un sindicato, avalado y reconocido por los trabajadores, que no será muy cuestionador.

Otros aspectos preocupan a los activistas y organizadores laborales, por ejemplo, que ahora todo sindicato pueda organizar en cualquier parte del país y en cualquier sector, que sin duda es relevante pero también favorece a los sindicatos con más poder económico y político, o bien con una mayor información del panorama sindical del país. Un activista tijuanense mencionaba la llegada del Sindicato Nacional Alimenticio y del Comercio (SNAC), que mediante ofrecimientos económicos ha conseguido el contrato de empresas en Tijuana, sin una vinculación real con las necesidades en el espacio laboral de los trabajadores. Otros como la CATEM están intentando organizar a los conductores de plataforma mediante un esquema engañoso de afiliarlos al Seguro Social, y ofrecerles ganancias importantes, cuando en la práctica, la afiliación es separado de la afiliación sindical y el porcentaje descontado por viaje es acentuado. Así pues, las autoridades laborales deberían ser muy cuidadosas de encontrar estrategias para que estas organizaciones cumplan realmente con lo ofrecido a los trabajadores y no solo se beneficien económicamente los líderes. Pero sobretodo, los trabajadores y trabajadoras deberían ser muy cuidadosos de los líderes y lideresas sindicales que se les acerquen ofreciendo demasiados beneficios económicos, desconfíen de lo que escuchen, pregunten, infórmense y decidan quién realmente es una opción real y comprometida para representarlos, y quiénes solo buscan beneficiarse de ellos. Las autoridades laborales gubernamentales, por su parte, deberían contar con abogados, en los centros de conciliación y registro, que presten asesoría inmediata en materia sindical, así como difundir de manera masiva información sobre los pasos a seguir en caso de no haber renovado contrato colectivo o bien en caso de querer sindicalizarse. Ambas medidas resultan centrales para aminorar la incertidumbre que reina en el terreno laboral actual. 

Cirila Quintero Ramírez

El Colegio de la Frontera Norte