La reforma hacendaria es una de las tres grandes estrategias para hacer crecer la economía mexicana, que se ha mantenido estancada desde hace treinta años. Mis comentarios sin dedicatoria:
En general la reforma hacendaria es buena porque tiene como objetivo incrementar la recaudación fiscal a base de los que más ganan.
Los fondos que se obtengan permitirán financiar un seguro social universal y un seguro del desempleo, muy necesarios por todas las carencias y necesidades.
Para reducir la carga fiscal de Petróleos Mexicanos, quien ha sido la fuente del financiamiento del gasto público en los últimos años.
Para incrementar la base gravable a través de los empresarios informales, que comprenden un alto porcentaje en la estructura del Producto Interno Bruto.
Reducir la evasión fiscal mediante mecanismos más transparentes y precisos para las grandes empresas, que evaden millones de pesos.
Eliminar algunos impuestos que no han resultado rentables y homologar el IVA en la frontera con Estados Unidos al 16%.
Más aspectos podría seguir enumerando a favor de la reforma hacendaria; pero hay una fuerte oposición y se asegura que será regresiva por:
El poco crecimiento del Producto Interno Bruto, que depende mucho de la economía norteamericana actualmente en recesión.
La poca confianza en la autoridad mexicana en el manejo de los impuestos, que se expresa en la poca predisposición para reducir los salarios entre los altos ejecutivos de la administración pública.
Porque incrementar el ISR reducirá la competitividad de las empresas por gravar las ganancias, que inducirá más evasión fiscal por la vía de tratamientos preferenciales a las empresas.
Incrementar el IVA en las fronteras inducirá a los consumidores con visa a comprar en las ciudades americanas y se expresará en una reducción en las ventas en las ciudades mexicanas y una menor recaudación.
Porque existe un pacto entre los tres principales partidos donde existen oposición sobre la reforma hacendaria, la reforma energética y educativa.
Porque incrementar los impuestos a la sociedad mexicana es culturalmente inaceptable por las grandes diferencias en los ingresos.
En suma, la reforma hacendaria podrá tener éxito siempre y cuando los ingresos fiscales tengan un destino seguro, eficiente y transparente. En general la recaudación fiscal en México es baja respecto al PIB, que otorga un margen de maniobra para el éxito de la reforma que México necesita, pero que muchos rechazamos.