El pasado 1o. de septiembre el presidente de la República, licenciado Andrés Manuel López Obrador, rindió su 4o. Informe de Gobierno. En apretada síntesis dio cuenta de sus logros y proyectos en curso, así como de obstáculos para su concreción. A la fecha, el saldo de la gestión es positivo; las encuestas revelan que mantiene niveles de aceptación altos y que aun en el contexto internacional sigue siendo el 2o. mandatario mejor evaluado. Su administración ha marcado distancia con las anteriores; impulsa un cambio de fondo con la mira puesta en el logro de un país mejor.
El interés por el cambio también se percibe en el tema socioecológico. En su Informe, el presidente expresó que a la fecha se han declarado cinco sitios o zonas naturales para la protección de flora y fauna, consistentes en 127,249 ha; asimismo, 139,749 ha adicionales con la anuencia voluntaria de ejidos y comunidades. Datos relevantes, sobre todo el segundo, el cual revela la confianza y solidaridad que ejidos y comunidades tienen hacia el jefe de la Nación. Mencionó además que se continúa con la construcción del parque ecológico del Lago de Texcoco, que se integra al Área de Protección de Recursos Naturales Lago de Texcoco de 14 mil ha. Igualmente comentó sobre la ampliación y el mejoramiento del Bosque de Chapultepec, principal pulmón y espacio de recreación de los habitantes de la capital del país. Otros ejemplos son el Tren Maya, de cuyo trazo de 1500 km se han rescatado vestigios de culturas originarias y se realizan obras para proteger la biodiversidad; asimismo, el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, que hoy exhibe en un museo de sitio ejemplares de mamut que habitaron estos lugares hace unos 12,000 años.
Noticias adicionales fueron los inicios y avances en las construcciones de acueductos que van de diferentes presas a zonas habitadas, como: (1) Picachos a Concordia, Sinaloa; (2) El Cuchillo a Monterrey, Nuevo León (3) Francisco Zarco a Comarca Lagunera, Durango-Coahuila; (4) Oviáchic a pueblos yaquis, Sonora; (5) Escárcega a Calakmul, Campeche; y (6) Dos más, del Zapotillo a Guadalajara, en Jalisco.
Con todo, el estado de cosas indica que el rezago en la atención de negativos acumulados durante décadas es fenomenal; queda claro que el propósito de conservar los recursos naturales de áreas representativas de la biodiversidad del país ha sido precedido por daños resultantes de prácticas extractivas o aditivas que obedecen a una racionalidad económica para el beneficio de unos cuantos, que exterminan flora y fauna, contaminan las aguas, erosionan los suelos y, en el extremo, obligan a las comunidades que viven en esas áreas a abandonar sus hogares. Las experiencias que se recogen por doquier reflejan los perjuicios de un modelo economicista inmisericorde, que se distingue por soslayar la atención y el cuidado de los sistemas ecológicos y el bienestar de la sociedad. Los pendientes deben resolverse tan pronto como sea posible; y aunque algunos están siendo atendidos por la administración federal no ha pasado el tiempo suficiente para que se reconozcan como resultados de una nueva política.
La transición hacia un régimen con visión social implica reformas institucionales en los ámbitos ejecutivo, legislativo y judicial, y en los diferentes órdenes de gobierno; empero, dichas reformas provocan rechazo entre aquellos que anteriormente gozaban del statu quo prevaleciente, por lo que se mantienen las inercias que afectan el ejercicio gubernamental. Las resistencias al interior del sector público son barreras mayores para el logro de medidas que fortifiquen anhelos democráticos de participación, inclusión, igualdad, justicia, rendición de cuentas y cuidado ambiental. Para el logro de un México mejor, es necesario cavilar sobre las alternativas para superarlas.
Dr. Ricardo V. Santes Álvarez
El Colegio de la Frontera Norte