La nueva guerra mediática

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Opinión de Djamel Toudert Investigador de El Colegio de la Frontera Norte

miércoles 9 de marzo de 2022

Si nadie, en su sano juicio, puede respaldar la reciente infracción de la república Rusa al derecho internacional con la invasión de su vecina Ucrania, significa que el contexto que va acompañado de esta objetada guerra deja varias interrogantes. En esta reflexión, para nuestro interés lo que respecta a la relación con los medios, e inclusive su desempeño en esta crisis, parece por lo menos perturbador.

Hemos sabido en otros conflictos armados de medios involucrados en la falsificación de evidencias, retocando imágenes y videos sensibles, tejiendo conspiraciones, incriminando víctimas y festejando a verdugos. La retórica de la resignación nos llena todavía los oídos con citaciones del tipo: “En la guerra, la primera víctima es la verdad” y cada una de esas nuevas guerras “relámpago” que llegan para succionar lo que resta de nuestras pobres libertades.

Quién dijo hace unos meses atrás que la cadena rusa de información, conocida por sus siglas RT, será suspendida en varios países pertenecientes a la Unión Europea (UE) y con pie firme en la OTAN. Ursula Gertrud von der Leyen, presidenta de la UE, en un remake de la olvidada dama de hierro, decide callar las empresas estatales Russia Today, Sputnik y sus filiales por difundir, según comenta, “mentiras para justificar la guerra de Putin”. Desde luego, nadie en su sano juicio puede llegar a afirmar que estas cadenas de información son ajenas a una labor propagandístico a favor del estado ruso, su accionista mayoritario, pero las otras cadenas de medios europeos, ¿no hicieron los mismo a favor de las ideologías y aspiraciones de sus dueños y accionistas? 

Más allá de las consideraciones éticas y del derecho de los ciudadanos para disponer de fuentes contradictorias de información con la finalidad de construir puntos de vista independientes, es importante resaltar el peligroso resbale de la presidenta de EU. En efecto, la presidenta von der Layen usurpa atribuciones que corresponden a los reguladores de medios de los países integrantes de la unión para tomar este tipo de sanciones después de un consistente proceso contradictorio. En tiempos de guerra, los órganos reguladores ceden sus prerrogativas al poder ejecutivo para tomar estas decisiones por decreto, pero les corresponde antes a los parlamentos nacionales declarar el estado de guerra y estos no lo hicieron en ningún país todavía. El presidente de Francia, país con la más importante capacidad militar de la Unión Europea, no ha faltado a mencionar en todas sus interlocuciones que su nación no está en guerra contra Rusia, aunque su gobierno dice enviar apoyo militar a Ucrania. Es precisamente esta infusión de contradicciones que oscurece aún más una torpe decisión que parece sembrar condiciones de destierro del pacto mediático que ha venido funcionando tan bien que mal, por lo menos, desde la guerra del golfo.

Pero la presidenta no está tampoco a su primer resbale. Durante estos días salió varias veces para anunciar a los medios que el ejecutivo europeo aprobó y va a enviar recursos y armamento a Ucrania para replegar el ataque ruso. En lenguaje bélico, estas declaraciones equivalen a un ingreso a la guerra como beligerante. No obstante, como comentamos anteriormente los parlamentos nacionales no han declarado hasta ahora la guerra a Rusia para poder movilizar recursos materiales y humanos. 

La idea de una presidencia que parece decidida a saltar los órganos nacionales de decisión popular, en el caso de seguir dándole carburante a los nacionalistas que quieren salir de la UE, principalmente, en los extremos del espectro político, los últimos resbales están a punto de abrir otras brechas en el frente de los unionistas. Frente a las sanciones económicas y financieras contra Rusia que parecen encaminar a agravar la inflación, golpear fuertemente la actividad empresarial y reducir la capacidad de compra de los habitantes de la UE, el paisaje mediático contradictorio inicia una peligrosa mutación. En la guerra siempre las bajas son de los dos lados.

Djamel Toudert

El Colegio de la Frontera Norte

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