La jungla de cables urbanos: su impacto visual y ambienta

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Opinión de María Eugenia González Ávila Investigadora de El Colegio de la Frontera Norte

jueves 20 de noviembre de 2025

Caminar es una actividad que no solo ayuda hacer ejercicio, compartir el tiempo con niños, mascotas, amigos o pareja, sino que además que te permite ver el entono, lo que denominamos paisaje, que por definición es una parte de un territorio observable desde un punto determinado, y que puede ser natural (como montañas o ríos) o modificado por el ser humano (como un paisaje urbano).  Apreciar el paisaje es importante, porque implica varios beneficios para el ser humano como son: salud física y mental, reduce el estrés y mejora la concentración. Además, el paisaje es vital para la identidad cultural y la economía de una ciudad o poblado, siendo que sustenta la biodiversidad, los recursos naturales y actividades como el turismo y la agricultura urbana o demostrativa. 

Sin embargo, durante mis caminatas y vistas del paisaje cuando dirijo la vista hacia el cielo de una calle o colonia ¡OH sorpresa! me di cuenta que vivimos entre una jungla tipo maraña de cables que cuelga en todas direcciones y distintas alturas. Quizás para algunos de nosotros esto es habitual o quizás ya ni lo notamos, siendo que precisamente ya es parte de paisaje y se encuentra en la mayoría de los pueblos, ciudades, municipios o países del mundo las conexiones del internet o telefonía es un cableado áreo que cuelgan como lianas.

Dicha maraña de cables, entendiendo esto como el conjunto de hebras bastas, enredadas y de grueso desiguales que cuelga como lianas hacia los postes o tubo cercanos, que tiene alturas distintas y que se entremezcla con los cables de luz u otros de origen desconocido. Sin duda alguna esta jungla de cables representa contaminación visual del paisaje urbano o natural, especialmente en zonas históricas, residenciales o áreas protegidas, lo cual genera preocupaciones sobre la armonía visual y la imagen urbana.

Por otro lado, la jungla de cables puede interferir con la fauna aérea por lo que resulta un riesgo para aves y otros animales, lo cuales pueden enredarse o sufrir accidentes al colisionar con la estructura. A esto se suman, los postes y estructuras que soportan el cableado, lo que implicar la modificación del suelo y la vegetación, afectando el ecosistema local. Además, los cables cuando son remplazados o se les da mantenimiento implica generación de residuos y deben ser gestionados adecuadamente para evitar contaminación siendo que además en ocasiones la instalación de cables y su mantenimiento implica el uso de maquinaria que emite gases efectos invernadero (GEI) o que, si estos cables son recolectados por “pepenadores”, esto lo usan como combustible y lo queman.

¿Y quién es responsable de gestionar la jungla de cables para que el ciudadano y ambiente no se vean afectados? La responsabilidad del cableado aéreo recae por un lado en los concesionarios de servicios, proveedores de infraestructura, integradores e instaladores de cableado, fibra óptica, postes, torres y mástiles, y en general los prestadores de servicios de telecomunicaciones, y por otro en las autoridades competentes municipales que incluyen la secretarías, direcciones o unidades administrativas encargadas de desarrollo urbano, obras públicas, ecología o medio ambiente o similares, los cuales esta reguladas por leyes y nomas desde telecomunicaciones, ambientales , de ordenamiento urbano y territorial, y una serie de normas técnicas de competencia estatal.

Sin embargo, el problema de la jungla de cables, las autoridades no necesariamente quieren enfrentar, quizá porque no les interesa, porque deben negociar con empresas lo cual es tema complejo que se debe sancionar siendo que se instalar a diestra y siniestra por cualquier lugar de la ciudad o donde se solicite la conectividad de comunicación. Por lo cual, el problema y riesgo lo dejan al ciudadano, ya que la altura de la instalación de los cables puede variar, esto como consecuencia de factores como fuertes vientos, lo que puede provocar que algún camión o vehículo de grandes los trocen o arrastren provocando no solo un corte de luz, sino un corto circuito que puede llegar a un incendio o provocar la caída de postes, que a su vez ponen en peligro al peatón o algún vehículo estacionado en la cercanía,

Quizás esta descripción del impacto ambiental de la jungla de cables les parezca alarmante, porque este tipo de material es tan habitual verlo en calles de las ciudades o poblados, que no parece un problema hasta que vemos el cielo, nos tropezamos con un cable o se atora en los espejos laterales del auto o los vemos como lianas tiradas en la calle. Por ello, te preguntaré ¿en tu ciudad la jungla de cables es un problema o no has percibido que sea un problema ambiental?

María Eugenia González Ávila
El Colegio de la Frontera Norte, Unidad Monterrey.


Las opiniones expresadas son responsabilidad de quien las emite y no reflejan necesariamente una postura institucional de El Colegio de la Frontera Norte.

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