La substitución de Verónica Corchado, como directora del Instituto Municipal de las Mujeres, es a todas luces un acto inexplicable e injustificable en términos de gestión de esta servidora pública y en términos de política pública feminista, en una ciudad que desborda las violencias de género contra las niñas, niños, adolescentes y mujeres y otras identidades de género. Por el contrario, sostengo que ella debe continuar en el cargo que ocupa hace cinco años.
Si bien, cada nueva administración tiene la facultad de nombrar y remover libremente a las servidoras y servidores que le acompañaran durante su gobierno, es necesario que esta facultad vaya más allá de lo administrativo y la apropiada o inapropiada formulación de exigencias y cambios por parte de partidos políticos, algunas servidoras de la misma administración y organizaciones de la sociedad civil. En este sentido, es obligatorio que los motivos sean hechos públicos y se contrasten con la labor que ha desarrollado la Sra. Verónica Corchado al frente de este Instituto, y la política de género que este gobierno debe llevar a cabo frente a las violencias que abruman y arrastran las mujeres por décadas en esta ciudad.
La señora Verónica Corchado, al hacerse cargo de la dirección de este organismo, lo dotó de una institucionalidad y un profesionalismo con vocación y políticas públicas de género, producto de su práctica feminista. Su vocación transformadora, se ve reflejada en el impulso que le dio a la perspectiva de género. La Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres, explica de qué trata este enfoque.
«De acuerdo con la Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres, la perspectiva de género se refiere a la metodología y los mecanismos que permiten identificar, cuestionar y valorar la discriminación, desigualdad y exclusión de las mujeres, que se pretende justificar con base en las diferencias biológicas entre mujeres y hombres, así como las acciones que deben emprenderse para actuar sobre los factores de género y crear las condiciones de cambio que permitan avanzar en la construcción de la igualdad de género»
En su trayectoria como directora, para Verónica Corchado, ha sido primordial que todas las dependencias municipales hagan suyo este enfoque. Se dio a la tarea de conseguir presupuesto para un edifico propio, para no mover la ubicación y dejarlo cerca de quienes más necesitan de sus servicios, en el centro de la ciudad. Puso en acción la Alerta Amber, la cual hace del conocimiento público la desaparición de un(a) menor, para activar su búsqueda. Llevó a cabo el estudio del acoso callejero en esta ciudad. Desarrolló el proyecto de Corredor Seguro, entre otras muchas actividades. Puso en el centro de su atención y preocupación, a las niñas y mujeres indígenas –de las cuales nos sentimos muy orgullosas- pero olvidamos constantemente.
Al interior del instituto, logró formar un equipo de profesionistas con perspectiva de género. En estos momentos, ella, junto con su equipo, se encuentra trabajando en el proyecto de transversalización de la perspectiva de género en las instancias educativas y, la puesta en acción de la alerta de género.
Debo decir que la violencia en contra de las mujeres, no sólo es responsabilidad de la directora y del instituto. Hay complejas estructuras que inciden en la vida indigna y en la violencia en su contra. Verónica no puede terminar con todas ellas, necesita de una fuerte voluntad política de quien lleva el mando político de esta ciudad, y el deber moral de una sociedad para alcanzar una vida justa para quienes han sido y pueden ser agraviadas por ser mujeres y menores, con toda la diversidad que implica serlo.
En relación con las otras exigencias que se le han hecho, es necesario que se evalúen frente al trabajo desarrollado por la Sra. Corchado. Es mi postura que Verónica Corchado no debe ser destituida, no se trata de buscar un perfil mejor que el de ella –pienso que en estos momentos no lo hay- de lo que se trata es que todas las partes dialoguen y fortalezcamos el trabajo de esta directora, pensando en cómo apoyarla para mejorar su desempeño, pero no para avalar una injustificable destitución.
Dra. Julia Monárrez Fragoso
El Colegio de la Frontera Norte
