No cabe duda de que en México se tiene una memoria política de muy corta duración y en Coahuila no se tiene en absoluto memoria alguna. No fue suficiente la contingencia epidemiológica desatada por la presencia del novel virus de la influenza A H1N1 en 2009 para que las autoridades correspondientes desarrollaran estrategias encaminadas a abordar atinadamente nuevos eventos epidemiológicos.
No las vemos por ningún lado si es que una vez las hubo. Pues resulta que nos encontramos en invierno, época en que hace su presencia la influenza estacional entre la población. Sin embargo, las cosas se complican cuando empieza a haber muertes asociadas a la presencia de influenza en Coahuila.
Ante el desasosiego de la población, las autoridades de Salud empiezan a dar información contradictoria lo cual, en lugar de crear confianza, origina desconcierto. Por ejemplo, el jefe de prestaciones médicas de la delegación del Instituto Mexicano del Seguro Social en Coahuila, difundió que esa dependencia tiene registrados más de mil casos de influenza y dos muertes y pidió a las autoridades del estado conducirse con la verdad, pues considera que la Secretaría de Salud estatal ha asegurado que no existe epidemia alguna y sólo ha confirmado 59 casos. 39 de los cuales son de influenza A/H1N1, y un fallecimiento (La Jornada, 10 de enero de 2014).
Ante esos señalamientos, el gobierno del estado de Coahuila determinó que la Secretaría de Salud, como cabeza de sector en la entidad, sea “la única fuente autorizada para dar a conocer los casos confirmados de influenza” (Zócalo Piedras Negras, 10 de enero de 2014). En otras palabras, no interesa explicar científicamente lo que ocurre con la epidemia de influenza que actualmente hay en Coahuila sino sólo controlar la información.
Aquí la pregunta es ¿qué se aprendió entonces de la epidemia de influenza AH1N1 de 2009 en Coahuila? Por lo visto nada y por ello hay que recordar la historia. La epidemia de influenza A H1N1 que se presentó en México en 2009, mostró serios problemas en la aplicación del Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica que previamente habíamos señalado (Milenio, 2 de junio de 2011).
Durante la contingencia epidemiológica de 2009 pudo observarse, entre otros aspectos, lo que las propias autoridades federales de Salud adujeron en su momento sobre la existencia de serias irregularidades en los reportes de los servicios de salud de los estados (La Jornada del 2 de mayo de 2009). Lo anterior fue muy palpable en el estado de Coahuila ya que en el primer reporte de la Secretaría de Salud del 5 de mayo no había casos de influenza y tres meses después para el 4 de agosto se reportaban sólo 10.
Debido a que cualquier epidemia de influenza no respeta límites geográficos ni políticos, llama la atención el inmenso contraste entre el reporte hecho en el estado de Coahuila y los reportes en otros estados del norte en que los casos de influenza ascendieron en el mismo periodo arriba señalado en 127, 108, 201, 542 y 531 unidades para Baja California, Sonora, Chihuahua, Nuevo León y Tamaulipas, respectivamente (ver reportes de la SSA “Situación actual de la epidemia” de los días 5 de mayo y 4 de agosto de 2009). La pregunta a contestar aquí era ¿por qué en Coahuila se reportaban tan pocos casos de influenza?
Hasta el momento en la Secretaría de Salud Estatal nadie ha contestado a esa pregunta. Por lo visto el adagio que reza “Quien no conoce su historia está condenado a repetir los mismos errores” queda como anillo al dedo en el estado de Coahuila con respecto a la actual epidemia de influenza.