La explotación de yacimientos de bórax en el noreste de Baja California, finales del siglo XIX e inicios del siglo XX

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Opinión de Lawrence Taylor Investigador de El Colegio de la Frontera Norte

jueves 9 de junio de 2022

En vista de la abundancia de noticias hoy en día sobre la posibilidad de explotar yacimientos de litio en la área de Cerro Prieto y otros sitios de Baja California, vale la pena reflexionar sobre la fiebre mineral que ocurrió en la misma zona de la península hace más de un siglo con respecto a otro mineral –el bórax–, las concentraciones del cual suelen ser encontradas justamente en el mismo tipo de área desértico o árido que el litio, así como un conjunto de otros minerales semejantes  (azufre, sales minerales, alumbre, entre otros). Debido al uso cada vez más amplio de bórax en la industria y la elaboración de productos de diversos tipos, su explotación pronto volvió ser una actividad de importancia fundamental para el desarrollo del sur de California y el comercio internacional en general.

El interés en buscar yacimientos de bórax en Baja California comenzó con los viajes de exploración de los científicos estadounidenses John A. Veatch y John L. LeConte en la zona de “Volcano Lake” (Laguna Volcán) en las cercanías de Cerro Prieto, Baja California, que asemejaba a la región de los llamados mud volcanoes (volcanes de lodo) del desierto del Colorado en el sur de California cerca de la línea divisoria.  En 1878, Daniel O’Connell McCarthy, residente de San Diego, después de realizar algunos viajes de exploración al nordeste de la península, adquirió, junto con otros socios sandieguinos, una concesión del gobierno mexicano para explotar los yacimientos de azufre en un sitio ubicado a trece km del río Hardy, tributario del río Colorado.  Durante los siguientes dos años (hasta 1890 aproximadamente), McCarthy y sus socios explotaron no sólo el azufre de la zona sino también otros minerales como el alumbre, bórax, boracita y cinabrio, que también eran de valor para usos industriales.  

A principios de la década de 1890, Jorge (George) Ryerson, de origen estadounidense pero naturalizado como mexicano, inició operaciones de explotación de los yacimientos de azufre y alumbre (piedra mineral salina de sabor ácido) en la sierra cucapá. En 1897, se formó la Mexican Sulphur Company, integrada por algunos inversionistas de Pittsburg, Pennsylvania, con un capital inicial de $200,000 dólares, para explotar el sitio.  Unos años antes, Anthony Godbe, el vicecónsul estadounidense en Ensenada (1889-1898) y banquero del pueblo, había conseguido una concesión del gobierno mexicano para explotar la propiedad o zona en la cual estaba ubicada la «mina». El gerente de la mina era J.A. Dubbs (un empleado «prestado» de la Pittsburg Asphaltum Company de Ventura, California) y el superintendente (capataz) era William A. Grabham de Ensenada. La mina se explotaba más en forma de una cantera que una mina con pozos y a profundidad. Se construyó una «trinchera» por el lado de la montaña suficientemente ancho para meter carretas y sacar el bórax, azufre y otros minerales en forma de eslabones y pedazos grandes cortados de los lados de la excavación. Se los llevaban en carretas hasta el río Hardy, donde los cargaban abordo de lanchones (barcazas). Aquellos cargamentos destinados a la costa del Pacífico de Estados Unidos fueron enviaron en barcazas hasta Yuma donde fueron transferidos al ferrocarril Southern Pacific. Aquellos cargamentos destinados al este de los Estados Unidos o Europa fueron enviados en barcazas hasta un embarcadero a la cabeza del golfo de California, donde fueron subidos a los vapores anclados allí. La compañía tenía planes, pero nunca fueron llevados a cabo, para la construcción de un ramal ferroviario para transportar el mineral hasta el golfo de California o la estación de ferrocarril en Yuma.

Para procesar el mineral, la empresa planeaba extraer los minerales por una técnica tradicional por medio de la cual primero se los disolverían para remojar y ablandarlos y luego ponerlos a secarse en el sol, dejando que el agua se evaporara. Se planeaba construir una planta de fundición en el sitio para separar los minerales de utilidad de la roca y tierra con que estaba mezclado, aunque el bórax, alumbre y otros minerales tendrían que ser transportados a otros sitios. Por lo pronto, sin embargo, el mineral tendría que ser transportado hasta las instalaciones de la compañía Asphaltum en Ventura para ser fundido. La compañía también tenía planes para establecer una planta de fundición en San Diego para tal propósito.  Para ganar más clientes, la empresa Asphaltum envió muestras a posibles compradores en las ciudades del medio oeste y este de Estados Unidos.  Aun cuando las minas de bórax en la península no resultaron ser duraderas, la búsqueda de este mineral en la región sirvió para estimular la exploración en general para encontrar yacimientos en otras áreas de las Californias, que, con el tiempo, conduciría a los descubrimientos de las ricas zonas de este mineral en las regiones del suroeste de Nevada y del sureste de California, particularmente en la zona de Death Valley (Valle de la Muerte), que, hasta hace unas décadas, eran entre las más grandes del mundo. El actual auge o boom en la búsqueda de yacimientos de litio en el noroeste de México seguramente también resultará en un resurgimiento de interés en la explotación de bórax y otros minerales afines en la región.

Dr. Lawrence Douglas Taylor

El Colegio de la Frontera Norte