Tenía tiempo que no recorría la ruta Tijuana-Mexicali. Recientemente tuve la oportunidad de hacerlo. Hace poco más de 10 años lo hice por primera vez. Supuse que ya no me encontraría con un escenario ambiental antes experimentado en el tránsito de la carretera de esa ruta. La belleza del paisaje, iniciando en La Rumorosa y después el Valle de Mexicali contrasta con la recurrente muestra de llantas usadas dispuestas a la orilla de la carretera. Si la primera vez que observé ese escenario me causó sorpresa, ahora me ocasionó aún más, pues pasan los años y el problema sigue ahí. Independientemente de la cantidad de llantas existentes, es sintomático el experimentar esa práctica.
Acciones de ese tipo pueden haber muchas y con distintitos recursos ambientales. Los recientes huracanes Ingrid y Manuel que azotaron en el país y causaron graves estragos para poblaciones de los estados de Guerrero, Tamaulipas, Sinaloa, entre otras, esquematiza ese tipo de problemáticas. Estos fenómenos dejan al descubierto interrogantes sobre la falta de planeación en el desarrollo, pues se permiten los cambios de uso de suelo fomentando con ello, por ejemplo, el establecimiento de viviendas en los sitios inapropiados como en los cauces de los ríos o en zonas inundables –sea de población urbana o de rural–. El problema tiene que ver también con el hecho de que el tema ambiental generalmente se concibe de manera marginal en la planeación del desarrollo en donde predominan las resoluciones económicas. En este sentido, se relaciona con decisiones de gobierno sobre la política pública, específicamente, la política ambiental.
Otro hecho vinculado con lo ambiental. En Nuevo Laredo, no obstante la existencia de un servicio de recolección de basura que diariamente recoge los residuos sólidos urbanos de los domicilios y, de contar con un relleno sanitario, es común encontrar basureros inapropiados en ciertas áreas de la ciudad, principalmente en los lugares alejados de la mancha urbana, aunque también en solares baldíos de la localidad. Son estos ejemplos de prácticas insustentables de la población que sin recato y previsión dispone todo tipo de residuos en este tipo de vertederos. En el terreno de las actuaciones de gobierno, la falta de programas y acciones de supervisión eficiente de las autoridades ambientales para solucionar ese tipo de problemáticas.
Los tres hechos comentados tienen que ver en gran medida con las actuaciones gubernamentales. Gobiernos van y gobiernos vienen, y esos problemas persisten una y otra vez. Puede tratarse de llantas usadas tiradas, residuos de todo tipo dispuestos en lugares inapropiados, o inundaciones de asentamientos de población pobre, entre muchos otros problemas ambientales. Hay una especie de desentendimiento y desinterés gubernamental, y también social. Eso tal vez lo podemos explicar como indolencia ambiental.
